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lunes, 18 de febrero de 2013

¿Las Reglas de Urbanidad han sido olvidadas?


Estimada familia de Acarigua, hace tiempo fui a buscar a mi hija al colegio, mientras esperaba en una plaza se me acercó un niño de no más de 11 años y mirándome me dijo “ Viejo, ¿tienes hora?” Yo le respondí y lo que obtuve de él fue un gesto muy raro de levantamiento de cabeza, sin mediar palabra alguna. ¡Cómo han cambiado los tiempos en lo que se refiere a los buenos modales y el tratamiento de cortesía para los demás! Recordemos un poco como tratarnos para que tengamos una mejor sociedad y unos mejores individuos.
Cada día existen aprendizajes y descubrimientos, modas y conceptos actualizados, pero sin darnos cuenta, olvidamos y desestimamos algunos de los más antiguos e importantes modales y cada vez los vamos sacando de nuestra vida. Por lo tanto, las nuevas generaciones comienzan a crecer sin ellos. Nos referimos a las Reglas de Urbanidad. En la sociedad actual, muchas de estas reglas han sido olvidadas y ellas están totalmente relacionadas con el crecimiento personal de cada individuo y de su evolución general y en este caso, la espiritual. Cuando se quiere crecer espiritualmente se debe tener una educación interna y externa de todas las cosas que refieren al hombre, en la existencia humana. He aquí la importancia de las Reglas de Urbanidad y su relación con el misticismo y la espiritualidad. Las normas de urbanidad, se refieren a las de las personas como seres humanos, su comportamiento con la familia y en el hogar, y en la comunidad donde viven y comparten con otros seres humanos, además de las normas de comportamiento en la escuela o en el trabajo.
Las Reglas de Urbanidad tuvieron su inicio cuando el hombre comenzó a mezclarse socialmente, entonces estableció formas, reglas, conceptos y modales de respeto al prójimo y de la forma más elegante y apropiada de relacionarse con las demás personas. Todas estas reglas fueron mejorando y cambiando de acuerdo a las épocas y a la evolución del hombre. Fueron adaptadas a las diferentes sociedades, climas y clases, en las diferentes escalas sociales y nacionalidades. Cada grupo étnico adoptó las más adecuadas a sus criterios, idiosincrasia, religiones y formas de pensar; pero siempre respetando las relaciones humanas. Eso es urbanidad, consiste en saber convivir en comunidad, saber comportarse de modo correcto en cualquier ocasión para agradar a quienes nos rodean. Para cultivar esta virtud, es imprescindible desarrollar el “tacto social”. mantener una cortesía civilizada, a la hora de relacionarse con las demás personas.
Algunas de estas reglas son:
-       Para la familia:
-Consideración y respeto.
Debemos tener consideración y respeto hacia nuestra familia, y respeto y cuidado hacia nuestra casa y todas las cosas que se tienen. Debemos saber compartir y respetar el derecho de los demás a disfrutar del hogar, tener su privacidad y vivir con tranquilidad, para contribuir a que la vida de todos sea grata, sin ocasionar mortificaciones, notificando cuando debas llegar tarde o fuera de la hora acostumbrada. Debemos ser cordiales y gentiles con nuestra familia, dar los buenos días con alegría y respeto. No maltratar a nuestra familia con paleas, gritos o faltas de respeto porque estamos de mal humor o algo nos ha salido mal o porque tenemos sueño y no queremos levantarnos, ni tampoco hacer ruidos, encender luces o tirar puertas o cualquier cosa que moleste o perturbe el sueño de las personas con quienes vivimos, ni tampoco abusar del tiempo en que usamos los espacios comunes como el baño, ni acabar con las cosas comunes como el agua de la nevera ni tampoco acabar con cuanta comida, chuchearía o cosa sabrosa haya en la casa sin tomar en cuenta que los demás también pueden querer comerla, ni tampoco abusar del uso del teléfono durante mucho tiempo. Tampoco debemos permitir que las visitas, compañeros o amigos se conviertan en una invasión que altere la vida familiar. También se debe respetar a las personas que trabajan en nuestra casa, dándoles respeto y consideración como a todo ser humano, sin gritarles, ordenarles de manera grosera, menospreciarlas, burlarse, o reclamarles delante de extraños o de mala manera.
-Colaboración y responsabilidad.
Debemos ayudar en todo cuanto sea necesario para hacernos la vida más fácil y grata a todos, aceptando que la responsabilidad de mantener en buen estado nuestra casa es tarea de todos y por ello debemos colaborar sin poner excusas ni negarnos a ayudar, con el mantenimiento del aseo, arreglo, cuidado y orden de la casa, compartiendo las responsabilidades y aprendiendo a actuar juntos repartiéndonos las actividades y tareas de acuerdo a nuestra edad condición y preparación, cuidando todas las cosas propias y de nuestros familiares, así como los bienes y recursos que tenemos en la casa . Además, no debemos ensuciar ni desordenar los espacios de nuestra casa. También debemos atender y cuidar nuestras mascotas
-Cortesía y buen entendimiento y educación.
Se debe acatar las normas y orientaciones de los padres y mayores, escuchando sus consejos, sin faltarles el respeto con respuestas o actitudes inapropiadas, ni hacer pataletas, entrar en rebeldía o resistencia pasiva. Se debe atender bien a las visitas, darles la bienvenida al llegar, y hacerlas pasar, si la visita es para otro miembro de la familia avisarle inmediatamente su llegada, si la visita en para nosotros, debemos estar preparados, vestidos y arreglados apropiadamente, atenderla bien desde el momento de su llegada y no retirarnos ni dejarla sola, suspendiendo cualquier actividad que pueda resultar molesta para el visitante o ser descortés con él, tampoco debemos poner malas caras, ser groseros o antipáticos con las visitas, ni hacer algo que lleve a la persona que visita a pensar que su presencia resulta molesta o incomoda. Cuando se vaya a comer, espera que se ubiquen los mayores y que ubiquen a las visitas, colabora con la ubicación de los más pequeños, y mantener la compostura y buenos modales teniendo la espalda recta, las manos a la vista, los codos fuera de la mesa y las piernas recogidas, usando adecuadamente los cubiertos, no se debe hablar de temas difíciles, enfermedades o tragedias, ni tampoco asumir el momento de la comida para desorden o bochinche, ni olfatear o soplar las comidas o bebidas, ni tampoco hacer ruido con la boca mientras se come, comer con la boca abierta o hablar con la boca llena, no tocar la comida con las manos, ni tocarse los oídos, nariz o cabello mientras se come, ni enterrar la cabeza en el plato o acostarse sobre la mesa.
-Para la casa y nuestra persona.
-El aseo personal y la higiene.
Debemos estar siempre limpios, bañándonos todos los días y cambiándonos diariamente nuestra ropa, principalmente la interior cada vez que nos bañamos, además de tener cabello y uñas cortas y limpias. La higiene en nuestro cuerpo y de nuestras cosas, nos exige que además de ser aseados, tengamos la ropa limpia y también nuestros zapatos, bolsos, morrales, que esté limpia nuestra cama antes de acostarnos, la mesa limpia donde comemos, mantener despejado y aseado el espacio debajo de la cama, dejar permanentemente que entre la luz natural y el aire a nuestra habitación y disponer siempre de un pañuelo para cuando nos haga falta, no permitir a nuestras mascotas estar en nuestros espacios como las camas, mesas y sillas donde estamos y tenerles su espacio para evitar contagio, no mezclar las cosas sucias con las limpias, además de no acostarse con la ropa con la que se ha estado en el día, no acumular basura dentro de nuestro cuarto, y no comer en nuestra cama. El aseo de nuestro cuerpo y la higiene nos permite ser agradable y mantener buenas relaciones con los demás.
-El orden y el cuidado de nuestras cosas y espacios.
El orden nos ayuda a usar mejor nuestro tiempo y sacar mejor provecho de nuestras actividades, el control nos ayuda a mantener en buen estado nuestras cosas y espacios y a ganarnos el respeto de las personas. Se debe mantener limpio y ordenado nuestro espacio, no se deben tirar las cosas, ni permitir que amigos o visitantes destruyan o dañen nuestras cosas o el sitio donde dormimos, estudiamos, jugamos y en general donde vivimos y permanecemos. Un lugar aseado, ordenado y también bonito, con normas de respeto de los demás hacia nuestras cosas y espacios habla de una persona que se quiere y se respeta a sí misma y que por esto también es capaz de querer y respetar a los demás. Las personas generalmente confían en personas ordenadas, cuidadosas y que pueden mantener el orden y el control sobre las otras personas para que no destruyan o dañen sus cosas y espacios. Las personas, desconfían de los desordenados, descuidados e incapaces de mantener el control y proteger sus cosas y espacios, porque el desorden, el descuido y la falta de control y protección de nuestras cosas y espacios, puede poner en peligro a las personas que nos rodean y también a sus cosas, por lo que no confiarían en nosotros para compartir actividades, responsabilidades, espacios y cosas, ni tampoco nos prestarían nada por miedo a que se los pierdan o dañen.
-La buena presencia y la imagen.
La buena presencia está relacionada con la higiene y el aseo personal, además de nuestra imagen física que se relaciona con cómo nos vestimos y el cuidado que debemos tener para vernos bien. La moda influye en nuestra presencia pero no es lo más importante, no siempre lo que está de moda nos queda bien ni tampoco es imprescindible usarlo. No debemos usar las cosas sólo porque están de moda o porque otros las usen, por demostrarle a los demás que estamos a la moda y que podemos tener lo que está de moda, o solo por el simple placer o ego de usarla, sin tomar en cuenta cómo esto afecta nuestra imagen permanente a futuro. La moda cambia pero nuestra imagen es algo que se construye y es permanente en el tiempo, por lo que debemos usar solo aquellas cosas que nos queden bien y que no afecte nuestra imagen permanente, que también pueda hacernos sentir bien y tener una auto estima elevada. Otro aspecto que contribuye a la imagen es la elegancia y soltura al caminar y cuando nos paramos o sentamos. También forma parte de nuestra imagen permanente nuestra capacidad de mantener el orden y cuidado en nuestras cosas y espacios, el desorden y poco control, nos crea fama de despistados y poco confiables lo que afecta nuestra imagen.
-Para la comunidad.
-Convivencia.
Se debe considerar la tranquilidad de los vecinos y sus derechos, así como consideramos y respetamos a nuestra familia y en nuestra casa, prestando principal atención a no perturbarlos con ruidos molestos, ni con prácticas y juegos escandalosos, ni con peleas , gritos y quejas dentro del hogar que afecten a los vecinos, ni golpear puestas o llamar a las personas a gritos, ya que esto produce incomodidad en las personas, ni tampoco hacer ruido en horas de descanso y durante la noche que perturben el sueño de los vecinos. . Se debe controlar a las mascotas, para que no afecten a los vecinos, evitando que los ruidos emitidos por estos animales molestan a los vecinos, cuando se saquen a pasear se debe tener el control sobre las mascotas para que estas no afecten a los vecinos y también recoger sus desechos y no dejarlos en la vía pública. No se debe hablar mal de los vecinos ni esparcir rumores sobre las personas de nuestra comunidad. Respeta el derecho y orden de llegada y espera para que te atiendan en los sitios de servicio público, no trates de adelantarte a los demás y espera tu turno, y trata de realizar la actividad en corto tiempo. No realizar visitas ni llamadas telefónicas a las horas de comidas, temprano en la mañana que despierte a las personas o tarde en la noche que perturbe su sueño. Respetar al otro como un otro: su carácter, su amor propio, sus opiniones, inclinaciones, caprichos, costumbres, etc., aunque las consideremos defectos. El respeto da un paso más que la tolerancia.
Hay que escuchar, más que hablar: descubrir quién es el otro, qué quiere, qué piensa. No dirigirse a él como si fuera una proyección de nosotros. Hablar sin descanso es una descortesía hacia los demás, y además revela cierto egoísmo.
Comprender, antes que juzgar: no odiar al otro ni hablar mal de él ante otros por lo que creemos que son sus defectos. Siempre es mejor preguntarse: ¿qué hace que la persona que nos molesta actúe de la forma en qué lo hace? Así, será más fácil que comprendamos y más difícil que odiemos.
Pensar antes de actuar o de hablar: elegir siempre la mejor oportunidad, no ser imprudente. Evitar palabras molestas, observaciones poco delicadas, descorteses o demasiado personales.
Una de las mejores reglas de cortesía y consideración para con los demás es adecuar el discurso a los conocimientos del otro: evitar hacer comentarios sobre historia, ciencia, cultura o arte cuando no se conoce el grado de conocimiento de las personas que escuchan.
-Ciudadanía.
Se deben cuidar los espacios comunes, respetando el derecho de todos a su disfrute, se debe evitar entorpecer el derecho a la libre circulación y evitar traspasar la frontera privada de las viviendas y bienes de los vecinos y si se necesita, pedir permiso y explicar las razones. No arrojar desechos hacia la calle, las viviendas vecinas o las personas. Se debe participar en las actividades de reparación, mantenimiento, cuidado, reciclaje y embellecimiento de los espacios de la comunidad. La diversión y la recreación no deben ser nunca fuente de molestia, incomodidad o conflicto para ninguna otra persona. Se debe respetar y acatar todas las normas de seguridad y reglas de uso de los espacios públicos
-Solidaridad.
Se debe se solidarios y ayudar a los vecinos frente a problemas de la comunidad y situaciones de peligro, considerar a las personas de la comunidad cuando en una familia vecina hay un enfermo grave, se produce una muerte o están pasando por una situación muy grave, controlando al máximo posible cualquier actividad que denote festividad.
-Para cualquier institución de educación.
-Cuidado de las instalaciones.
No ensuciar las instalaciones de la escuela o el trabajo, así como colaborar con el cuidado del mobiliario y equipos, no dañando, deteriorando o destruyendo los bienes e instalaciones
-Conducta apropiada.
En la escuela, se debe escuchar con atención a los maestros y profesores, haciendo las tareas e investigaciones y preparando los materiales necesarios para las actividades escolares, se debe aprender de los consejos de las personas mayores, de los libros y bibliotecas, así como con el uso de las computadoras y de la Internet, además de aprovechar las oportunidades de los grandes medios de comunicación como el cine, la radio y la televisión para captar grandes cantidades de información, además de utilizar apropiadamente las bibliotecas. En el trabajo, se debe prestar cuidado a las instrucciones de nuestros jefes, realizar los trabajos y tareas asignada.
-Para nuestros hijos.
-Hablar en voz baja, con dulzura, calidez y seguridad ante el bebe en la cuna.
-No discutir jamás delante del niño y mucho menos decir malas palabras.
-Dar el ejemplo siempre, no realizar nada obsceno, no criticar, ni hablar mal de otras personas, inclusive familiares.
-Mantener una disciplina general en todo momento, tener orden, respeto de los horarios, cumplimiento del trabajo, buena administración del dinero y buenas relaciones humanas.
-Cenar o almorzar todos los días en familia dándole el ejemplo con una buena mesa servida, buenos hábitos alimenticios y buenos modales.
-Enseñarles a cumplir con sus deberes (no hacérselos), desde las tareas en la escuela, hasta el cumplir con promesas y ofrecimientos a otros niños o personas.
-Desde bien pequeños darle el ejemplo y mostrarle que el saludo, aunque no conozcamos a la persona, es básico para dar una buena impresión siempre.
-Hablar correctamente el idioma.
-Ser sociables, poder sostener una conversación con todo tipo de personas. Ser cortés ante todos.
-Vestir apropiadamente, de acuerdo a la edad y a la ocasión.
-Tratar de evitar discusiones en tonos alterados y bajo estados emocionales extremos. Una sonrisa junto a una disculpa, es la mejor forma de evitar altercados desagradables.
-Respetar la puntualidad y de no poder asistir por causas inevitables, comunicarlo con tiempo.
En resumen, convivir es compartir. Se comparten los espacios, se comparten las tareas de la casa, se comparten las alegrías, las penas y todo lo que nos sucede. Vivir en compañía de otras personas requiere, en muchas ocasiones, de paciencia y comprensión. Hay que hacer un esfuerzo. No siempre es fácil pero a base de intentarlo se llega a conseguir. Si todos cumplieramos con estas reglas, tan simples, tan lógicas, construiríamos una sociedad fuerte, sana, desarrollada y sobre todo, feliz. 
Compilado por el equipo de Barinas.net.ve
El Hogar Virtual de la Familia de Barinas.
Referencias
Texto
http://mars60.galeon.com/aficiones768671.html
http://sinalefa2.wordpress.com/2009/08/06/algunas-reglas-de-urbanidad/
http://html.rincondelvago.com/manual-de-urbanidad-y-buenas-costumbres.html
http://www.protocolo.org/social/en_la_mesa/reglas_de_urbanidad_y_cortesia_modo_de_conducirse_en_la_mesa.html
http://www.protocolo.org/familiar/buenos_modales_-_educacion_infantil/vida_diaria_en_casa_habitos_cotidianos_buena_educacion_saber_convivir.html

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