- No le pida al niño que “hable más lento” o “que se relaje”.
- No complete las palabras ni tampoco hable por el niño o la niña.
- Ayude a todos los alumnos de la clase a respetar la toma de turnos al hablar y escuchar. A todos los niños – y especialmente a aquellos que tartamudean- les resulta más fácil hablar cuando existen pocas interrupciones y cuando el oyente les presta atención.
- Espere la misma calidad de trabajo de los niños que tartamudean como de aquellos que no lo hacen.
- Hable con el alumno de un modo poco acelerado, realizando pausas.
- Manifieste estar escuchando el contenido del mensaje, y no como lo dice.
- Tenga una conversación cara a cara con el niño que tartamudea sobre las necesidades de adaptación dentro del aula. Respete las necesidades del alumno pero no sea demasiado permisivo.
- No haga de la tartamudez algo por lo que estar avergonzado. Hable sobre la tartamudez como lo hace sobre cualquier otra dificultad.
|
No hay comentarios:
Publicar un comentario