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viernes, 8 de noviembre de 2013

Aula propuesta educativa: Trabajando la inteligencia emocional/Autoconocimie...

Aula propuesta educativa: Trabajando la inteligencia emocional/Autoconocimie...: Trabajando la inteligencia emocional Autoconocimiento: Conocerse es tomar conciencia de quién es uno, qué se siente y cómo expr...

Trabajando la inteligencia emocional/Autoconocimiento:


Trabajando la inteligencia emocional

Autoconocimiento:

Conocerse es tomar conciencia de quién es uno, qué se siente y 
cómo expresa uno sus emociones. Constituye la piedra angular 
de la inteligencia emocional.

El niño que se conoce a sí mismo tiene la capacidad de 
observarse por dentro y por fuera, lo que siente y lo que hace;
 utiliza sus preferencias para guiar la toma de decisiones y va
 descubriendo sus capacidades y limitaciones.

CONOCERSE PARA…

·       Tener un concepto claro sobre uno mismo.

·       Valorarse como ser único.

·       Saber lo que se siente en cada momento.

·       Utilizar el cuerpo para expresar sentimientos y emociones.

·       Tener confianza en las propias capacidades y cualidades.

·       Respetar las cualidades de los demás.

·       Expresar necesidades y deseos.

·       Reconocer los propios gustos y preferencias.

·       Tomar decisiones.

·       Saber lo que hace uno mejor y lo que hace regular.

·       Conocer a los demás.

Es función educativa de la familia y la escuela enseñar al niño 
a observarse, haciéndole tomar conciencia de las señales 
corporales relacionadas con cada una de las emociones, 
sin juzgar  ni valorar unas como buenas y otras como malas, 
puesto que cada una de ellas tiene una finalidad, un valor y 
un significado.

Poner nombre a las emociones y sentimientos le permite 
al niño “apropiarse” de ellas. Solo cuando sea capaz de advertir
 sus emociones estará en condiciones de poderlas controlar.

 

Fuente: dinámicas y actividades para sentir y pensar

Programa de Inteligencia Emocional(sm primaria)

Crecebebe: Tips

Crecebebe: Tips: Antes de nacer El estado emocional de la madre puede influir en las reacciones y en el desarrollo del niño o niña por ...

Tips

Antes de nacer
El estado emocional de la madre puede influir en las reacciones y en el desarrollo del niño o niña por nacer. Emociones como la angustia, el miedo o la rabia intensa producen cambios químicos y hormonales en el organismo que son transmitidos al feto a través de la placenta, y que lo pueden afectar.  La tensión emocional prolongada de la madre durante la gestación puede tener consecuencias perjudiciales para el niño o niña tales como: nacimiento prematuro, bajo peso al nacer, hiperactividad, irritabilidad, exceso de movimientos intestinales u otras alteraciones.
La tensión emocional prolongada puede predisponer a la madre a experimentar mayores dificultades durante el parto. La gestante que sufre estados emocionales negativos necesita tener apoyo emocional y compartir sus preocupaciones con su pareja, sus familiares, amigos y otras embarazadas. Así podrá encontrar formas de alivio y podrá afrontar sus problemas sintiéndose apoyada y acompañada. Un niño o niña que viene es una alegría para la familia que lo acoge. El clima familiar positivo resulta fundamental para el buen desarrollo de la gestación.
Si los padres reciben información sobre las etapas del desarrollo, pueden ir imaginándolo y recibir al niño o niña con más cariño. Les interesará saber, por ejemplo, que al mes de embarazo el niño o niña ya tiene un corazón que late; que a los dos meses tiene brazos, piernas, cara, ojos, boca y orejas. Que a los tres meses se puede reconocer su sexo. Que a los cuatro meses ya tiene forma humana aunque sólo mide 11 cm.
La vida no comienza en el momento del parto sino mucho antes. Cuando el niño o niña nace ya tiene alrededor de nueve meses de vida. Cuando está en el vientre materno, ya es un ser humano que se mueve, siente y se alimenta.

La primera crisis
La primera crisis que experimentamos los seres humanos es la del nacimiento. El nacimiento es un cambio tan profundo que implica una gran sacudida, pues es la entrada a un mundo totalmente diferente donde experimentamos la influencia de una multivariedad de estímulos hasta entonces totalmente desconocidos. La crisis del primer año delimita el primer año de la infancia temprana. La crisis de los tres años nos indica el tránsito de un niño de la infancia temprana hacia la etapa preescolar y la crisis de los siete años configura el enlace entre ente la edad preescolar y la escolar.
Considerar que los niños solo se entretienen cuando reciben estimulación durante estas etapas es el mayor error, pues es precisamente durante estas primeras etapas cuando se adquieren los mecanismos culturales básicos de las funciones psíquicas superiores.

Contactando
El contacto inmediato con el recién nacido al amamantarlo desde la primera hora, además de todas las ventajas que proporciona la leche materna para la salud del niño o niña, contribuye a crear una buena relación afectiva.
El estado de bienestar que experimenta el recién nacido por la cercanía cálida de sus padres facilita el funcionamiento de sus sistemas digestivo, respiratorio y circulatorio.
El recién nacido busca la interacción social y gestual con la madre. Él busca y espera una respuesta a sus acciones. Si el niño o niña no tiene respuesta, se inhibe y deja de comunicarse.
El recién nacido es capaz de: Dar y recibir afecto, y relacionarse con otras personas.
Emplea todos sus sentidos: oye, ve, olfatea, distingue gestos, tiene muy desarrollado el tacto.
Se comunica por medio del llanto, los gestos y el tacto.
Imita movimientos de la lengua y de la boca.
El niño o niña busca el contacto visual y táctil. Estos producen en él una sensación de bienestar y cercanía con sus padres.
El recién nacido es especialmente sensible a la voz humana y sus diferentes tonos. Él se tranquiliza cuando se le habla. A los pocos días ya reconoce la voz de su madre.
El tacto es el sistema sensorial que el niño o niña tiene más desarrollado, y a través de él surgen las primeras emociones.
La alimentación al pecho favorece el contacto físico y emocional de la madre con el niño o niña y produce un estado de bienestar en éste.
El llanto es uno de los medios de comunicación más efectivo que posee el recién nacido. No sólo es expresión de sus necesidades físicas como el hambre, el sueño o el dolor, sino también de la necesidad del contacto con otros. Poco a poco, la madre aprende a comprender el motivo del llanto en cada ocasión.


          El llanto del bebe
                                                
Todos los bebés lloran, y usted debe decidir si ha de dejar que siga llorando o bien si debe calmarlo, alimentarlo, o pedirle al padre que haga algo. Los bebés lloran por muchos motivos y uno no sabe qué hay que hacer hasta que descubre por qué llora.
Digamos que hay cuatro clases de llanto: Satisfacción, Dolor, Rabia, Aflicción. Como ve…lo que digo es en realidad, muy evidente; algo que toda madre sabe por sí misma aunque nunca haya tratado de expresarlo con palabras. Lo que quiero decir es, simplemente, que el llanto da al bebé la sensación de que está ejercitando sus pulmones (satisfacción), o bien constituye una señal de peligro (dolor), una expresión de cólera (rabia), o una canción triste (aflicción). Los bebés lloran porque se sienten ansiosos o inseguros, y eso los ayuda; por lo tanto debemos aceptar que hay algo de bueno en el hecho de llorar.
A nadie ha de resultarle difícil reconocer el llanto de dolor, la forma elegida por la naturaleza para hacerle saber que su bebé está en dificultades y necesita su ayuda. Cuando un bebé siente algún dolor, emite un sonido agudo o penetrante, al tiempo que indica a menudo el sitio dolorido. Por ejemplo, si tiene un cólico, recoge las piernas; si se trata de un dolor de oídos, se toca con la mano el oído enfermo; si lo molesta una luz demasiado fuerte, da vuelta la cabeza hacia el otro lado. Todavía no sabe qué hacer para defenderse de los ruidos fuertes. Tarde o temprano observamos un nuevo tipo de llanto doloroso, el llanto aprensivo. Ello significa que el bebé está empezando a enterarse de un par de cosas. Ya sabe que en ciertas circunstancias el dolor es más o menos inevitable. Cuando usted comienza a desvestirlo, el bebé sabe que perderá la agradable sensación de calor, que deberá cambiar de posición, no una sino varias veces, y que perderá todo sentimiento de seguridad, y por eso llora en cuanto usted le desabrocha el primer botón. Desde luego, todo esto se torna más y más complejo a medida que transcurren las semanas y va creciendo. A veces, el bebé llora cuando está sucio. Ello podría indicar que no le gusta sentirse sucio (y, además, si tal situación se prolonga, la piel se le irrita y le duele), pero por lo general no significa nada de eso, sino el temor a la perturbación que ha aprendido a esperar. La experiencia le ha mostrado que en los minutos siguientes ha de perder todas sus seguridades es decir lo desnudarán, lo moverán y le harán perder su calor. Todos sabemos qué significa enojarse y que la rabia cuando es muy intensa parece dominarnos y hacernos perder el control momentáneo. Su bebé sabe muy bien todo esto. El llanto encolerizado probablemente indique que tiene cierta fe en usted. Confía en poder cambiarla. Un bebé enojado es toda una persona. Sabe muy bien lo que quiere y cómo podría obtenerlo, y se niega a abandonar toda esperanza. Al principio casi no sabe que cuenta con algunas armas que sus alaridos lastiman y sus deposiciones dan trabajo. Pero en el curso de unos pocos meses comienza a sentirse peligroso, a sentir que puede lastimar y a experimentar el deseo de hacerlo y, tarde o temprano, su experiencia personal del dolor le enseña que también los otros pueden sufrir y cansarse. Por último me referiré  a la cuarta causa del llanto, la aflicción. Sé que no es necesario describirle la tristeza, tal como no es necesario explicar el concepto de color a alguien que no es daltónico. Con todo, no basta limitarse a mencionar la tristeza por diversos motivos. Cuando hablo de la aflicción como causa del llanto infantil, conviene señalar que usted no recordará fácilmente la tristeza de su propia infancia y que ello le impedirá creer en la de su propio bebé mediante una comprensión directa. Cuando su hijo demuestra que puede llorar de tristeza cabe deducir que ha recorrido ya un largo camino en el desarrollo de sus sentimientos. 


Separaciones cotidianas
El vinculo que une el bebe a la madre o al padre es un vinculo meramente afectivo, siendo una conducta instintiva e innegable de cualquier ser vivo. De ahí que cuando surgen las separaciones temporarias o permanentes suelen observase las siguientes conductas en el bebe: Protesta, Desesperación y Desapego.
La fase de protesta se presenta a partir de que desaparece la madre y puede durar de unos minutos hasta una semana aproximadamente. Durante esta fase el niño se encuentra ansioso, nervioso, excitado, llora intensa, larga y fuertemente, golpea o sacude lo que se encuentra a su alcance, busca a su madre y tiene expectativas de que vuelva pronto. Pregunta por ella y se niega a recibir ayuda o consuelo de otras personas que se le acerquen rechazándolas. Cuanto  mejor la relación con su madre, mayor es el grado de ansiedad que el niño muestra durante esta etapa; la ausencia de la etapa de protesta es  indicadora de una relación insatisfactoria previa con la madre.
Durante la fase de desesperación su excitación psicomotriz disminuye. Llora con menos intensidad, en forma más monótona, esta distante e inactivo y su conducta sugiere desesperanza, empieza a dudar de que su madre vaya a volver. Nada le interesa, no se interesa con el medio que lo rodea y se pasea de acá para allá, sin objetivos, como sintiéndose profundamente deprimido.
La fase del desapego se caracteriza por la ausencia de la excitación psicomotriz, el niño deja de llorar y empieza nuevamente a interesarse por el medio que le rodea, parece como si se estuviera recuperando, ya no rechaza a otras personas desconocidas y acepta sus cuidados, la comida y los juguetes que le ofrecen y a veces hasta sonríe,  esta mas sociable. Si su estadía es suficientemente prolongada poco a poco va perdiendo interés por las personas e interesarse más en los juguetes, caramelos y comidas. Ya no se le ve ansioso frente a personas desconocidas, ida y venida de los padres, ya no hace más caprichos.
He de hace notar que el reencuentro posterior con la madre o el padre también muestra a un niño alterado emocionalmente y afectado psicológicamente en su relación con la madre. Reconciliarse con la mama después de la separación le llevara un tiempo que dependerá de la duración de la separación y las características del vinculo que previamente tenia con ambos.


Se trata de un proceso madurativo, resulta equivocado pensar en acelerarlo o  admitir que ocurre de un día para otro. Por lo que hablar de un proceso madurativo nos lleva directamente a identificar la relación existente entre el desarrollo cerebral y los órganos internos que controlan los esfínteres, lo cual es de alta complejidad para el niño. De tal forma que al saber que es un proceso que solo compete al niño manifestándolo en el momento que  esta preparado, solo podemos participar en este proceso periféricamente por lo que sugiero:
No acelere el proceso retirar el pañal en el bebe, espere a que llegue a la edad adecuada, para no generar retrocesos tempranos.
La generalidad del controlar esfínteres en el niño nos dice que se inicia a partir de entre los 2 1/2 y 3 años. 
Si el niño asiste a la guardería, generalmente lo inician a entrenar antes de los dos años, por lo que es importante que de continuidad en casa a este entrenamiento, pues contrario a ello generara un retroceso en el niño.
Una vez que ha retirado el pañal al niño permítale que viva un complejo proceso de ensayo-error.
Acepte los “fallos”. No se trata de ponernos a hacer pis en los pantalones igual que ellos para acompañarlos, sino aceptar que, de manera natural, están aprendiendo, es decir, lo van haciendo poco a poco y no en el momento en que nosotros lo decidimos.
El control de esfínteres y la retirada del pañal son conceptos distintos. Resulta importante no confundirlos. Un niño al que se le retira el pañal sin estar preparado para ello seguirá sin tener el control de esta función aunque nos empeñemos en lo contrario  lo cual resulta perjudicial para el niño.
Si un niño se hace pis cuando se ríe, cuando se pone nervioso, cuando se olvida de ir al baño, cuando está demasiado concentrado en una actividad quiere decir que no tiene aun el control de esfínteres, por lo que será necesario apoyarlo llevándolo al baño ya que aun no ha alcanzado la madurez total.
Aunque la estimulación puede influir en algunos niños, controlar los esfínteres se dará de manera natural.

El surgimiento de los berrinches  nacen con la aparición del lenguaje. Es ahora cuando el adulto enfrenta un nuevo reto; “guiar adecuadamente las emociones en el niño”. Y cuáles son las causas que originan los berrinches? Existe una multivariedad de causas externas que provocan irritabilidad, angustia, temores, miedo u otros factores detonantes del berrinche en el niño. Todo ello es derivado de una tierna sensibilidad que inicia a moldearse a partir de lo que el entorno le ofrece. Sin embargo  son las causas internas propias de su desarrollo las responsables de los berrinches. Lo cual es  totalmente valido y natural como resultado de un  aprendizaje emocional por el cual atraviesa el pequeño

Poco a poco, el niño consigue utilizar más las palabras y se inicia en el arte de jugar con los sentimientos cuando descubre que puede manipular al adulto. Los “no te quiero” o el “eres mala”, probablemente le impacten en pleno corazón.
Tras un rechazo o negativa que emitas al niño, a la brevedad saldrán de la boca de su pequeño una sarta de palabras furibundas. Es entonces cuando toca al adulto a aprender a simbolizar sus emociones de manera natural, es decir permitir que el niño saque todos sus atropellos verbales, pues aun  carece del significado de tales palabras, sin embargo ya se ha percatado que este tipo de palabras generan un tipo de control y una respuesta inmediata, lo cual es percibido por el niño a sabiendas que obtendrá lo que desea o bien se encuentra en total confusión. Contrario a involucrarse en estos arranques infantiles permita que su hijo saque toda su crisis emocional y procura no involucrarte en ella, pues se encuentra en un grado de confusión que ni el mismo se explica, solo sabe que es la única manera que Tu reaccionas. Estos momentos son una oportunidad para que el adulto desarrolle autocontrol emocional  y apoye al niño en su crisis emocional.
Al estar fuera de la crisis emocionales del pequeño estarás evitando las  rabietas infantiles y por si solas se esfumaran.

 
A la edad en que el niño experimenta sus primeras frustraciones (entre 2 y 3 años) no las comprende y por lo tanto las sobrelleva mal.  Con frecuencia desencadena una crisis de coraje, pues es su manera de confrontarse con el mundo que lo rodea y de aprender a adaptarse a él.
Es tranquilizante saber que el periodo de las grandes rabietas es una etapa normal de la evolución del niño, esencial para su desarrollo afectivo y social. Poco a poco va aprendiendo a canalizar su energía o evacuarla mediante los gritos de la intensa emoción que lo invaden. A ti te corresponde actuar con madurez emocional y justicia a la decepción o la angustia.  Cuando accedes a escuchar las emociones de tu hijo, el se sentirá seguro y lograra calmarse fácilmente, lo cual le brindara una verdadera sensación de fuerza y un logro para adaptarse mejor a otra frustración.
En las edades de uno a tres años el niño aun no posee la comprensión perfecta de sus comportamientos  y con frecuencia no logra controlarse del todo, pues es el inicio de un largo periodo de aprendizaje emocional.

Madurez Cerebral 
El niño atraviesa períodos en los que ciertas partes del cerebro pueden incorporar información nueva con mayor facilidad que en otros. Estos períodos son llamados las oportunidades existentes y se conciben como “puertas” que se abren durante los primeros años de vida y luego se cierran completamente. Por ejemplo, las conexiones cerebrales. Una de estas puertas permanece abiertas por mucho tiempo y esta puerta es del aprendizaje,  pero sin lugar a dudas el aprendizaje es más fácil en ciertos períodos. Por ejemplo, los primeros cinco años constituyen el “tiempo óptimo” para adquirir el lenguaje. Sin embargo, esto, no quiere decir que los niños aprendan todo lo que se requiere sobre el lenguaje en dichos cinco años, ya que el aprendizaje continúa teniendo lugar durante toda la vida. Aunque el completo crecimiento y desarrollo del cerebro infantil requiere de unos 15-20 años, es decir es más fácil aprender en ciertos momentos que en otros.

Capacidades cerebrales
Existen dos razones vitales del porque los niños pequeños aprenden fácilmente: Primero debido a su capacidad cerebral  con toda su pereza de nacimiento. Y en especial porque la capacidad posterior del cerebro se encuentra integrada por vías sensoriales de acceso. Estas vías se dividen en cinco sentidos por medio de los cuales oímos, sentimos, vemos, degustamos y olemos. Estas cinco vías se desarrollaran gracias a la estimulación que reciban. Lo cual quiere decir que entre más mensajes pasen por la vía visual, auditiva, táctil, olfativa o gustativa, mayores niveles de madurez tendrá el cerebro del niño.
Antes de los cinco años de edad el niño es capaz de captar cantidades incalculables de información con facilidad. Si el niño tiene menos de cuatro años, será más fácil y efectivo su aprendizaje, aun toda vía es más fácil a los tres años y por supuesto más efectivo antes de los dos años, pues el cerebro se encuentra en su pureza total.
Cuando nace un niño, nace sano y con todas sus vías intactas e inmaduras y serán precisamente los estímulos de luz, sonido, olor o gusto quienes ocasionen el desarrollo y la madurez del cerebro. Este es el motivo fundamental del porque el niño que recibe  estimulación en todas sus esferas de desarrollo aprende a gran velocidad desde la lectura, la escritura, las matemática o una docena de idiomas.
Antes de los cinco años el niño es capaz de aceptar información extraordinaria.
Mientras más información capta el niño antes de los cinco años, su capacidad de retención es más efectiva.
Antes de los cinco años el niño posee una energía inagotable.                                  
Antes de los cinco años el niño se encuentra con un interés imparable.
Todos los niños pequeños son genios lingüísticos y son capaces de aprender a leer y escribir
Todos los niños pequeños son capaces de prepara la plataforma de las operaciones lógicas llevándolos a concebir las matemáticas.

Los bebes pueden y aprende a leer palabras, oraciones y párrafos, exactamente de la misma manera como aprenden  a comprender palabras, oraciones y párrafos hablados.
La razón es sencilla; los ojos ven pero no comprenden lo que ven: los oídos escuchan pero no comprenden lo que escuchan. El cerebro es el único que comprende. El cerebro es un instrumento mágico. El canal visual y el canal auditivo viajan a través del cerebro, donde ambos cerebros son interpretados por el mismo proceso cerebral.
El proceso de enseñar al bebe a leer puede iniciarse desde su nacimiento y dicha aseveración la sustento mediante los siguientes puntos:
  • Dependiendo de su etapa puede asimilar fácilmente una cantidad increíble de información.
  • Capta información a una velocidad sorprendente
  • Entre más información asimile, mas estimula su cerebro.
  • Tiene una energía increíble.
  • Esta ansioso por explorar su entorno
Aprende un idioma completo y puede aprender tantos como se le presenten.
Aprender es lo más grandioso de la vida, es vital inevitable, es el juego más estimulante para el niño, por lo que brindarle sus primeros estímulos para leer y escribir serán una gran aventura para el bebe.

La cuestión de cuando empezar a enseñar a leer al niño es interesante.
Cuando está listo el bebe para empezar a aprender algo?
Una vez una madre pregunto a un famoso pedagogo infantil. A qué edad debía empezar a enseñar a su hijo?
Cuando nacerá su hijo? “pregunto él”.
“No, ya tiene cinco años”, dijo la madre.
Señora, corra a casa. Ha desperdiciado los mejores cinco años de la vida de su hijo.
Después de los dos años de edad leer se vuelve más difícil cada año. Si su hijo tiene cinco años será más fácil que si tuviera seis. A los cuatro es más fácil aun, y a los tres es todavía más fácil.
Al año de edad o antes es el mejor momento para empezar a propiciar en el niño las primeras estructuras de pensamiento que preparan los peldaños del aprendizaje tanto de la lectura como de la escritura.
De hecho el proceso de enseñar al bebe a leer puede iniciar desde el nacimiento. Después de todo ya he abordado la gran capacidad cerebral que posee el niño desde el momento de su nacimiento e iniciar esta gran aventura en su bebe dependerá de dos factores primordiales; La actitud del adulto que enseña y el método que ha de seguir.

La relevancia de iniciar al bebe en la lectura radica en identificar el momento clave para estimular este proceso en el bebe. Razón por la cual el adulto que desea estimular al bebe debe elegir el momento adecuado. Es decir cuando él,  como el bebe se encuentren en un estado de ánimo optimo y con disposición. Si el bebe esta irritable, cansado o con hambre no es un buen momento para iniciar la actividad de leer. Por otro lado si el adulto esta inseguro o indispuesto no es un buen momento para propiciar la lectura. Todo padre o madre que desea enseñar a su bebe a leer experimenta días con contratiempos o cuando las cosas sencillamente no marchan bien.
Nunca intente enseñar algo a su bebe cuando este cansada, indispuesta o alterada. Descubra que la molesta y soluciónelo. Entonces podrá abordar la enseñanza de la lectura en su bebe. Asegúrese que el lapso en que practique el juego sea muy corto, es importante que cada sesión dure minutos y respecto a cuándo concluir serán el adulto quien lo determine de acuerdo a la atención del bebe. Ya sea que la sesión de lectura consista únicamente de cinco palabras, en oraciones o un cuento. El entusiasmo del adulto es la clave

Es importante conservar el entusiasmo, hablar en buen tono y avanzar gradualmente. De ahí que concluyendo serán tres los factores a contemplar para la enseñanza de la lectura: La velocidad con que se muestran los materiales, la cantidad de material nuevo, el entusiasmo del adulto.

El primer paso para enseñar a leer al niño se da con el uso de quince palabras únicamente. Una vez que el niño asimilo las quince palabras estará listo para continuar con otros vocabularios.
Cada que decida estimular al niño con alguna actividad de este proceso Inicie a una hora determinada en la que el niño se encuentre  receptivo y descansado. Trabaje en alguna área de la casa donde haya los menos distractores posibles.
Sencillamente elabora tarjetas con palabras sencillas como mama, papa, o bien los nombres de la familia, este será el primer paso.
Durante cada sesión muestra al niño de una a tres palabras y solo dile claramente: aquí dice: “mama”. No des más detalles al niño pues no hay necesidad, solo permite que vea la tarjeta, la explore, la toque, etc. por no más de cinco segundos, también te recuerdo que solo estamos iniciando al niño al proceso de leer. Enseguida muestra la siguiente tarjeta bajo la misma dinámica. Finalmente entrega las tarjetas al niño, una vez  han sido leídas para que las vuelva a explorar, las toque e intente leer.
Cierra el primer paso guardando las tres primeras tarjetas que mostraste al niño.
Ha terminado el primer día y Tú has dado el primer paso para enseñar a leer al bebe y a los sumo invertiste de tres minutos a cinco minutos.
El segundo día repite tres veces la sesión básica (es decir la primera sesión abordada). Posteriormente añade un segundo juego de cinco palabras nuevas. Este segundo juego deberá ser mostrado con la misma dinámica que iniciaste y por periodos cortos de tres minutos. Finalmente felicita al bebe por esta nueva sesión donde visualizo, toco y exploro cinco nuevas palabras.
Repite de igual manera las siguientes sesiones hasta agotar las quince palabras elegidas.
Las primeras quince palabras nuevas que Usted enseña al niño deberán ser las más conocidas y agradables. El único signo de alarma de todo este proceso de aprender a leer es el aburrimiento. Nunca aburra al bebe. Es mucho más probable que se aburra si el avance es demasiado lento que si es demasiado rápido. Piense en la maravilla que acaba de lograr. El niño acaba de hacer la conquista más difícil de todo este asunto que es leer.
                                                             
Nota: Esta publicación es la secuencia de una serie de publicaciones del proceso de enseñar a leer y escribir al bebe
La Depresión en el Niño
La depresión es algo más que sentirse triste o infeliz. La depresión también produce ira, descorazonamiento, resentimiento, culpa y bajos niveles de auto estima. Al crecer el niño, particularmente en la etapa de la adolescencia, puede presentarse una época de confusión y de cambios en el estado anímico y extrema sensibilidad. Frecuentemente es vista como una etapa de rebelión. Como padres, es nuestra responsabilidad notar cuando los sentimientos de tristeza, ira, resentimiento, culpa o baja autoestima en nuestros hijos, son señales de que se están sintiendo muy tristes. Cuando los adolescentes beben alcohol o consumen drogas para sentirse mejor, puede ser una señal de que ellos se están sintiendo deprimidos.

Algunas veces, los niños y adolescentes que tienen problemas en casa o en la escuela pueden estar deprimidos sin saberlo. Debido a que nuestros hijos pueden no siempre mostrar que están tristes, nosotros como padres tenemos que saber y comprender que la conducta negativa puede ser una señal de depresión. Cuando se les pregunta directamente, nuestros hijos pueden algunas veces decir que son infelices o están tristes. Pero los niños y adolescentes con depresión pueden tener dificultades para expresar o describir sus emociones y estados de ánimo.

Frecuentemente nuestros hijos no sabrán que están deprimidos, entonces no piden ni obtienen la ayuda apropiada, depende de nosotros notar los cambios en la vida de nuestros hijos y la forma cómo ellos están enfrentándose con sus diferentes emociones.

Si nuestros hijos están deprimidos, pueden estar pensando en el suicidio. El no hablar acerca de ello no resolverá nada. Suavemente, con comprensión, apoyo y de una manera abierta, pregúnteles si ellos sienten como que desearían dormir y no despertar más. Si les preguntamos a nuestros hijos acerca de sus temores, sin asustarnos y sin críticas, ofrece la oportunidad de disminuir sus sentimientos de aislamiento. Ello no pone “esa idea” en sus mentes. Si nuestro hijo está diciendo que él o ella desea morir, no podemos ignorar esto. Quizás pensemos que nuestros hijos realmente no quieren decir eso cuando hablan sobre suicidio, pero es importante como padres permitirles a nuestros hijos hablar acerca de sus pensamientos de dañarse a si mismos y responderles tomando su dolor seriamente sin mostrar demasiada preocupación.

Si nuestros hijos tienen idea de dañarse o intentar lastimarse a sí mismos, nosotros como padres necesitamos asegurarnos de que ellos no estén solos. Necesitara ser cuidadoso hasta que puedan ver a un  profesional de la salud mental. Si nuestros hijos dicen que sienten como que quieren hacerse daño, nosotros sabemos que ellos necesitarán ayuda regularmente.

Crecebebe: niño bueno, niño malo

Crecebebe: niño bueno, niño malo: Un niño no distingue entre lo que está bien y lo que está mal. Nosotros se lo enseñamos. Le enseñamos de acuerdo con nuestra mente con ...

niño bueno, niño malo


Un niño no distingue entre lo que está bien y lo que está mal. Nosotros se lo enseñamos. Le enseñamos de acuerdo con nuestra mente con nuestras normas, con nuestros patrones sociales o culturales. Una misma cosa podría estar bien en el Occidente y mal en el Oriente; una misma cosa podría estar bien en tu casa y mal en la casa del vecino. Y tanto en una, como en otra situación, estamos imponiendo al niño: “esto está bien, lo tienes que hacer, esto está mal, deja de hacerlo”. El niño consigue tu aprobación cuando lo hace, y tu desaprobación en caso contrario. Cuando te hace caso, te pones con­tento y le das una palmadita; cuando no te hace caso, te enfadas, tu actitud corporal se torna tensa, agresiva y hasta llegas a expresarle que ya no lo quieres. Un niño bueno, un niño malo se está gestando gracias a las  imposiciones del adulto.
Naturalmente, has llevado al niño a crear sentimientos de supervivencia. Y el niño empieza a entender que su supervivencia está en juego. Si les hace caso a su madre y a su padre todo saldrá bien; si no, su mente empezara a experimentar el miedo, el rechazo, el temor al abandono y la inseguridad  lo inunda. Son los caudales de emociones que  atraviesa un niño bueno, un niño malo.
Bajo estas polaridades de emociones intento llevarte a comprender el impacto de los sentimientos tanto en el niño como en el adulto. En el niño, está aprendiendo a reconocerlos….en el adulto está cumpliendo como padre o como madre. Y esto no es cuestión de querer darte las grandes lecciones, pues los sentimientos no obtienen títulos. Todo radica en el auto descubrirse, reconocer el tipo de sentimientos que te guían para mostrar  a tu hijo el valor de los sentimientos. El adulto sabe perfectamente cuando está imponiendo y cuando compartiendo,  porque su corazón y la intuición que posee le están dictando lo que está bien y lo que está mal. Así nace la sabiduría de saber cuando estamos en lo correcto o el malestar emocional que nos estruja el corazón al descubrir  que nos equivocamos.
Y no se trata de dejar al niño al libre albedrio, porque así lo dictan los tiempos modernos, las nuevas costumbres, o todo aquello que se esté inventando el mundo…no. Se trata de mostrar al niño sigilosamente, intuitivamente, amorosamente y con gran sabiduría  como cultivar los sentimientos. Sentimientos que le den los andamios de la seguridad, confiado de saber que si se cae sabrá como levantarse, capaz de expresarse, sin temor al rechazo, inteligentemente emocional para aceptar el dolor que provocan sus equivocaciones. Ahora has gestado un nuevo hombre o una nueva mujer impregnada  (o) de HUMANIDAD,

Crecebebe: la vida no es seria...

Crecebebe: la vida no es seria...: La risa es una de las cosas más reprimidas por la sociedad en todo el mundo, en todas las épocas. La sociedad quiere que seas serio, ...

la vida no es seria...


La risa es una de las cosas más reprimidas por la sociedad en todo el mundo, en todas las épocas.
La sociedad quiere que seas serio, los padres quieren que sus hijos sean serios, los maestros quieren que sus alumnos sean serios, los jefes quieren que sus subordinados sean serios, los comandantes desean que sus soldados sean serios.  La seriedad es un requisito para todos.
La risa es peligrosa y rebelde.  Si un maestro te está enseñando algo y tú empiezas a reírte, se lo tomará como un insulto.  Si tus padres te están diciendo algo y tú empiezas a reírte, se lo tomarán como un insulto.  La seriedad es considerada honorable, es respetada.
La risa ha sido reprimida en tal medida que, aunque en todas partes la vida es hilarante, nadie ríe.  Si liberas a tu risa de sus cadenas, de sus ligaduras, te sorprenderás: a cada paso sucede algo hilarante.
La vida no es seria.  Solamente las tumbas son serias, sólo la muerte es seria.
La vida es amor, la vida es risa, la vida es danza, es una canción. 
Pero hemos de dar a la vida una nueva orientación.  El pasado ha dejado a la vida tremendamente lisiada, te ha hecho casi ciego a la risa como la gente que es ciega para un determinado color.
Un diez por ciento de la gente es ciega para un determinado color. Es un porcentaje elevado, pero los que lo padecen no son conscientes de su daltonismo.
George Bernard Shaw tenía este tipo de ceguera, pero no se enteró hasta los sesenta años.  El día de su cumpleaños alguien le regaló una chaqueta, una americana, pero se olvidó de regalarle  la corbata.  George Bernard Shaw fue con su secretaria a comprar una corbata que hiciera juego con la chaqueta, pues le gustaba mucho.  Se puso a mirar corbatas y eligió una.  Su secretaria se quedó perpleja, casi sin creérselo: la chaqueta era amarilla y la corbata verde.  Le dijo:
-¿Qué haces?  Esa combinación es muy estrafalaria.
Él contestó:  
-¿Por qué ha de ser estrafalaria?  Son del mismo color.
El vendedor, el encargado del almacén, todos, acudieron y se preguntaban cómo era posible… Era incapaz de distinguir entre el amarillo y el verde.  Le parecían iguales.  Era daltónico.  Pero durante sesenta años no se había dado cuenta.
Y en el mundo, un diez por cuento de la gente es daltónica.  Confunden determinados colores o son ciegos para alguno.
La constante represión de la risa te ha convertido en daltónico para la risa.
En todas partes surge la ocasión, pero tú no encuentras razón alguna para reír,  Si tu risa fuera liberada de sus ligaduras, el mundo estaría lleno de risas.  Y el que esté lleno de risa es una bendición porque eso cambiará por completo la vida del ser humano.  No te hará ser tan miserable como actualmente eres.  En realidad, no eres miserable como aparentas: es tu miseria más tu seriedad lo que te hace parecer miserable.  Simplemente: ¡añade risa a tu miseria y dejaras de ser miserable!

Crecebebe: los gritos de los padres

Crecebebe: los gritos de los padres: Generalmente cuando hablo de dar libertad a los hijos, los padres caen en trampas irremediables como las de verse invadidos por conduct...

los gritos de los padres


Generalmente cuando hablo de dar libertad a los hijos, los padres caen en trampas irremediables como las de verse invadidos por conductas irresponsables de los pequeñitos, pues los han dejado a su libre albedrio. Y esta no es la intención de la libertad y el amor, no. Ambos llevan implícitos  el comulgar con el respeto hacia a los padres y ante ello permíteme decirte que el niño quizá llegue a tener más poder que tu, si no encuentras un punto medio para controlar esas conductas. No confundas la libertad y el amor con las conductas irreverentes de los niños…..
Bajo este preámbulo deseo abordar los gritos que toda madre o padre se vale para redireccionar las conductas de los hijos. Y con ello no deseo justificarlos o expresar que son el medio ideal para educar a los hijos, no. Es la firmeza que a mi modo de ver re direcciona cualquier conducta irreverente del niño, pero en tanto no llegues a descubrirla respirarla y sobre todo fluirla, te valeras inicialmente de lo que tienes a tu alcance: “los gritos”.
No, te preocupes por gritar; en absoluto. Es natural. Sólo tienes que recordar una cosa: equilíbralo con amor, entonces tus gritos bajan el tono y se convierten en firmeza.
Sin embargo abr momentos en los que uno quiere gritar, los niños lo entenderán, porque ellos también gritan. En realidad, ese es su len­guaje. Si sientes que estás hirviendo en tu interior y no quieres gri­tar, el niño lo intuirá y se sentirá muy molesto, pues descubre tu falsedad al hablarle con mimos. Puede sentir que toda tu vi­bración está gritando y tú no estás gritando; incluso estás sonriendo, acariciándolo o controlándote. El niño se molesta mucho porque siente que la madre le está engañando, y un niño nunca perdona el engaño. Siempre están dispuestos a aceptar la verdad. Los niños son muy empíricos, muy con los pies en la tierra.
Por eso grita siempre que tengas ganas, en tanto no has llegado al autocontrol emocional y en especial a explayarte con firmeza. Después, sólo tendrás que acordarte de equilibrarlo con amor.
Por ejemplo, un niño ha hecho algo malo y tú reprimes tu enfado.
Este era el momento efervescente. Si le hubieras corregido en el instante con firmeza todo seria vivo e incendiándose las emociones…..pero te has reprimido, porque según tu ya no quieres gritar, y no te dije que gritaras, te sugerí que fueras firme, así que no confundas. Más tarde, cuando el niño no está haciendo nada ‑han pasado las ho­ras y se ha olvidado completamente del incidente‑, pero tú eres incapaz de olvidarte; te has reprimido. Ahora el asunto ya se ha enfriado. Entonces, encontrarás alguna excusa para cobrarle la falta: «¡No has hecho tus deberes!» Esto es frío y te estás tomando la revancha. Y ahora resulta que descontrolas totalmente al niño…entonces te preguntara: estas enojada?...y solo le darás una excusa racional: -no estoy enojada-, ya te he dicho muchas veces que cumplas con tus deberes. Vaya falsedad, te estás cobrando lo que reprimiste.
Así que encuentras alguna excusa racional para cobrarte la falta. Si lo hubieses hecho en el momento. Ahora encontrarás alguna excusa no natural pero sí racio­nal: que no ha hecho sus deberes, que su ropa está sucia o que hoy no se ha duchado. Estás enfadada, pero tu rabia es fría, ahora los incidentes del niño ya han pasado y el los ha olvidado. Puede que te liberes de la rabia contenida; pero también esto será feo.
Es como comer la comida fría ‑cuesta digerirla‑, se hace pesa­da en el estómago.
El niño no lo puede entender. Por eso, actúa en el instante. Corrige la conducta bajo la efervescencia de ambos, tú con firmeza y el con rabia al mirarse descubierto en el instante…. sabrá en el momento exacto cual fue su conducta irreverente. Uno sabe....cómo comportarte. No se necesita aprender de nadie. Simplemente, sé natural.
Canta y baila por tener un hijo tan hermoso. Abrázalo a veces, acércatelo. Déjale que sienta tu cuerpo y siente el suyo. Él es parte de tu cuerpo. Y tu eres parte de el….solo permite que la firmeza aflore con toda su naturalidad de aplomo, sin agredir, sin golpear, sin lesionar. Solo bastaran unos instantes de ella para redireccionar una conducta irreverente.