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martes, 16 de octubre de 2012

La intervención temprana es la clave para ayudar a los niños que tienen dificultades para leer.

Hitos de lectura


Este es un resumen general de los hitos en el camino hacia la lectura y la edad en que la mayoría de los niños les llega.
Tenga en cuenta que los niños se desarrollan a ritmos diferentes y pasar tiempo variable en cada etapa. Si tiene alguna inquietud, hable con el médico de su hijo, el maestro, o el especialista en lectura en la escuela. La intervención temprana es la clave para ayudar a los niños que tienen dificultades para leer.

Infancia (hasta los 1)

Los niños suelen empezar a:
  • imitar los sonidos que escuchan en idioma
  • responder cuando se le habla
  • mirar fotos
  • alcanzar por los libros y pasar las páginas con la ayuda
  • responder a las historias e imágenes vocalizando y acariciando las fotos

Niños (Edades 1-3)

Los niños suelen empezar a:
  • responder a preguntas sobre e identificar objetos en los libros - "¿Dónde está la vaca", como o "¿qué hace la vaca?"
  • nombrar las figuras conocidas
  • utilizar apunta a identificar los objetos con nombre
  • fingir que lee libros
  • terminar las frases de los libros que conocen bien
  • garabato en el papel
  • conocer los nombres de los libros y los identifican por la foto en la portada
  • pasar las páginas de libros de cartón
  • tiene un libro favorito y solicitar que se lea a menudo

Temprano Preescolar (3 años)

Los niños suelen empezar a:
  • explorar libros de forma independiente
  • escuchar más libros que se leen en voz alta
  • volver a contar una historia conocida
  • recitar el alfabeto
  • empiezan a cantar el alfabeto con pautas y claves
  • hacer símbolos continuas que se asemejan a la escritura
  • imitar la acción de leer un libro en voz alta

Late preescolar (edad 4)

Los niños suelen empezar a:
  • reconocer letreros y etiquetas comunes, especialmente en las señales y los contenedores
  • inventar rimas o frases tontas
  • reconocer y escribir algunas de las letras del alfabeto
  • leer y escribir sus nombres
  • nombrar las letras o sonidos que comienzan palabras
  • coincide con algunas letras con sus sonidos
  • utilizar letras conocidas para tratar de escribir palabras
  • Kindergarten (5 años)

    Los niños suelen empezar a:
    • entender las rimas y jugar juegos de rimas
    • coincide con algunas palabras habladas y escritas
    • Entiendo que el texto se lee de izquierda a derecha y de arriba a abajo
    • escribir algunas letras y números
    • reconocer algunas palabras familiares
    • predecir lo que ocurrirá en un cuento
    • volver a contar historias que se han leído a ellos

    Primer y segundo grado (edades 6-7)

    Los niños suelen empezar a:
    • leer cuentos conocidos
    • sondear o decodificar palabras desconocidas
    • utilizar las imágenes y el contexto para entender palabras desconocidas
    • utilizar algunos puntuacion común y la capitalización por escrito
    • autocorregirse cuando comete un error al leer en voz alta
    • mostrar comprensión de una historia a través de dibujos

    Segundo y tercer grado (edades 7-8)

    Los niños suelen empezar a:
    • leer más libros de forma independiente
    • leer en voz alta con el debido énfasis y expresión
    • utilizar el contexto y las imágenes para ayudar a identificar palabras desconocidas
    • entender el concepto de los párrafos y comenzar a solicitar por escrito
    • usar correctamente puntuacion
    • deletrear correctamente palabras sencillas
    • escribir notas, como mensajes telefónicos y de correo electrónico
    • disfrutar de juegos como sopas de letras
    • utilizar nuevas palabras, frases o figuras del lenguaje que he escuchado
    • revisar su propia escritura

    En cuarto a octavo grado (edades 9-13)

    Los niños suelen empezar a:
    • explorar y comprender diferentes tipos de textos, como biografías, poesía y ficción
    • entender y explorar expositivo, narrativo y texto persuasivo
    • leer para extraer información específica, tal como de un libro de ciencia
    • identificar las partes del discurso y los dispositivos como símiles y metáforas
    • identificar correctamente los elementos principales de las historias, como la hora, el lugar, la trama, problema y solución
    • leer y escribir sobre un tema específico para la diversión, y entender qué estilo se necesita
    • analizar textos para decir
    Revisado por: Steven Dowshen, MD

El desarrollo de habilidades de alfabetización

Oportunidades diarias de lectura


Encontrar tiempo para leer es importante para el desarrollo de habilidades de alfabetización para todos los niños. Y hay muchas maneras fáciles y convenientes para que la lectura sea parte de cada día - incluso cuando es difícil encontrar tiempo para sentarse con un libro.

Encontrar los momentos de lectura

Viajes en automóvil, recados, y espera en colas en las cajas y la oficina del médico son todas las posibilidades de lectura.Mantenga los libros o revistas en su coche, bolsa de pañales, o en la mochila para sacar cada vez que vamos a estar en un lugar por un tiempo. Incluso si usted no puede terminar un libro, leer unas pocas páginas o discutir algunas de las fotos. Anime a los niños mayores a llevar libros y revistas favoritos a lo largo de donde quiera que vaya.
Otros momentos de lectura para tomar ventaja de todo el día:
  • por la mañana, antes del desayuno o vestirse
  • después de la cena, cuando los niños están relajados
  • hora del baño (con libros de plástico, a prueba de agua)
  • hora de acostarse
Oportunidades de lectura son dondequiera que vayas. Lea las señales en voz alta a su bebé mientras está conduciendo. Pídale a su niño en edad preescolar para "leer" las imágenes en cajas en la tienda y le informará sobre ellos. ¿Y los niños mayores le dirá lo que está en la lista de la compra.
Incluso las tareas más rutinarias de la casa, como cocinar, puede proporcionar momentos de lectura. Con los niños más pequeños, leer recetas en voz alta, pregunte a los niños mayores para ayudar diciéndole cuánto harina de medir. Déle a su hijo un catálogo para leer mientras usted mira el correo. Pida a sus parientes para enviar tus cartas de niños o el correo electrónico y leer juntos.
Incluso cuando usted está tratando de hacer las cosas, puede fomentar la lectura. Si su hijo se queja de aburrimiento cuando estás limpiando, por ejemplo, pídale que le lea en voz alta un libro favorito para usted mientras usted trabaja. Los niños más pequeños pueden informarle sobre las imágenes de sus libros favoritos.
Y asegúrese de que los niños tienen un poco de tiempo para estar en silencio con los libros, incluso si eso significa pasar por recortar o en otras actividades, como el tiempo frente a la televisión o jugando juegos de video.
Lo más importante es ser tú mismo lector. Los niños que ven a sus padres leer es probable que unirse a ellos y convertirse en lectores, también!
Revisado por: Laura L. Bailet, PhD

¿Qué tipo de libros debe usted tener?

La creación de una Casa de fácil lectura


Una casa llena de material de lectura es una buena manera de ayudar a los niños a convertirse en lectores entusiastas. ¿Qué tipo de libros debe usted tener? Pregunte a sus hijos sobre sus intereses. Si son demasiado jóvenes para tener una preferencia, a su bibliotecario local puede ofrecer sugerencias sobre libros apropiados para su edad.
Estos son algunos consejos:
Sigue una selección variada. Recoge libros de cartón o libros con espejos y texturas diferentes para bebés. Los niños mayores podrán disfrutar de variedad: ficción, no ficción, poesía y más diccionarios y otros libros de referencia.
Los niños pueden entender las historias que podrían no ser capaces de leer por sí mismos. Si un libro más difícil le interesa a su hijo, que sea algo para leer juntos. Los niños más pequeños pueden mirar las ilustraciones en los libros y hacer preguntas a medida que siga adelante.
Y no limitar el material de lectura a los libros. Los niños también pueden disfrutar de:
  • revistas (para niños)
  • libros de audio
  • postales de los familiares
  • álbumes de fotos o álbumes de recortes
  • periódicos
  • cómics
  • la Internet
Mantenga el material de lectura a mano. Mantenga libros resistentes con otros juguetes para la exploración fácil. Libros cerca de la mesa para cambiar pañales y silla alta pueden ser distracciones útiles para los niños más pequeños en los momentos adecuados. Libros de plástico puede incluso ir en la bañera. Mantenga los libros al lado de cómodas sillas y sofás donde acurrucarse para que pueda leer después de las comidas y las siestas.
Crear un lugar especial para leer. medida que los niños crecen, tenga la edad apropiada libros y revistas en los estantes que pueden alcanzar en sus lugares favoritos de la casa. Hacer estos estantes atractivos y mantenerlos organizados. Coloque un poco de los libros con las tapas hacia afuera por lo que son fáciles de detectar. Ponga una canasta llena de libros y revistas al lado de sus lugares favoritos para sentarse. Crear un rincón de lectura acogedor, y animar a los niños a utilizarlo mediante la creación de "tiempo rincón de lectura" cada día.
Que sea atractivo. Asegúrese de que las áreas de lectura tienen una buena iluminación.Cambie los materiales a menudo - Aumento de libros de temporada, rotar diferentes revistas, e incluyen libros que se relacionan con lo que los niños están interesados ​​en el estudio o en la escuela. Decora la esquina con obras de arte de su hijo o por escrito.Coloque un CD o un reproductor de cinta cercano para libros de audio.
Anime a los niños a crear la lectura. Establecer un centro de arte y escritura y animar a los niños a hacer libros, carteles o collages que decoran con sus propias imágenes y la escritura. Los niños les encanta leer cosas que han escrito ellos mismos o para compartir sus creaciones con familiares y amigos.

Piense acerca de la atmósfera

Otras formas de alentar a los niños a leer:
  • Déle a su hijo tiempo de silencio cada día para leer o escribir.
  • Limite el tiempo que los niños pasan frente a una pantalla (incluyendo juegos de televisión, computadora y video) para ayudar a garantizar que dispongan de tiempo para la lectura.
  • Lean juntos. Ofrecer a leer un libro en voz alta, o pida a su hijo que le lea a usted de una revista favorita. Haga un hábito de sentarse juntos, mientras que cada uno de ustedes leer sus propios libros, compartiendo tiempo tranquilo juntos.

EL NIÑO Y LA LECTURA.


Recursos de Lectura

Usted tiene un niño que ama los libros y cuentos, e incluso podría estar listo para leer libros sencillos pero no están muy seguros de cómo animar a eso. O tal vez su hijo en edad escolar está teniendo problemas para leer libros para la tarea.
Sin importar la edad del niño o nivel de habilidad, casi todas las comunidades tienen programas y recursos que pueden ayudar.Uno de los mejores es la biblioteca local. Además de una gran cantidad de material de lectura, muchas bibliotecas ofrecen programas de tiempo cuentos para bebés y niños pequeños, ayuda con los deberes para los jóvenes en edad escolar, y programas de lectura de verano para niños de todas las edades.Busque las listas de lecturas recomendadas, libros premiados y los nuevos, y los libros de viajes o relacionados con el tema de todo el año.
También recuerde que la biblioteca ofrece más de libros. También encontrará revistas, paquetes de actividades con rompecabezas y juegos relacionados con temas específicos, listas de sitios web recomendados para la investigación, y las grabaciones de audio de las historias favoritas. Un bibliotecario puede hacer sugerencias basadas en los intereses de su hijo y sus necesidades.
Maestros infantiles escolares, proveedores de cuidado de niños, maestros, pediatras, e Internet también son un buen recurso para la lectura de información.
Las escuelas primarias tienen a menudo un especialista en lectura en el personal. Estos profesionales de apoyar a los maestros en el aula, trabajando en las habilidades específicas de la lectura con estudiantes individuales, la evaluación y la organización del plan de estudios de lectura, y actuar como un recurso para los padres. Lectura especialistas pueden analizar desarrollo de la lectura de su hijo y ofrecer sugerencias de actividades para realizar en casa. También pueden ofrecer talleres para padres y proporcionar información sobre los programas de lectura de la comunidad.
En muchas áreas, las escuelas y las organizaciones comunitarias ejecutar programas de alfabetización después de clases. El especialista en lectura o el maestro de su hijo debe ser capaz de dirigir a estos programas en su área.
Muchos niños luchan con la lectura. La cosa más importante que puedes hacer es buscar ayuda profesional tan pronto como sea posible. Si usted está preocupado acerca de la capacidad de lectura de su hijo, hable con el pediatra, maestro o especialista en lectura.

COMO SABER SI NUESTRO BEBE TIENE UN PROBLEMA AUDITIVO. POR MIGUEL HERNANDEZ.


Un historial familiar de pérdida auditiva, efectivamente, hace que el recién nacido presente un mayor riesgo de padecer sordera también. Pero puede quedarse tranquilo, la audición de su bebé se puede monitorizar de cerca de modo que, si existe algún problema auditivo, se comience el tratamiento lo antes posible. Y si está preocupado por la capacidad auditiva de su bebé, háblelo con el pediatra.
En la mayoría de los estados, los hospitales realizan una prueba auditiva al recién nacido antes de darle el alta hospitalaria. Si no se le realiza el examen en ese momento, o si el bebé nace en casa o en un centro de maternidad, es importante que se le haga una prueba auditiva en las tres primeras semanas de vida.
Si su bebé no pasa el examen auditivo, no significa necesariamente que presente una pérdida auditiva. Se le debería reexaminar dentro de los tres primeros meses de vida para confirmar la existencia de dicha pérdida. Si las pruebas siguientes la confirman, los médicos deberían comenzar a tratarla antes de que el niño tenga seis meses.
Aunque su bebé pase la primera prueba auditiva, es importante asegurarse de que oye bien. Estas son algunas características del desarrollo auditivo que su hijo debe alcanzar en el primer año de vida:
  • La mayoría de los recién nacidos se sobresaltan o dan repullos al oír sonidos fuertes y repentinos.
  • Antes de los 3 meses: el bebé suele reconocer la voz de sus padres.
  • Antes de los 6 meses: suele ser capaz de mover los ojos o la cabeza en la dirección del sonido.
  • Antes de los 12 meses: suele ser capaz de imitar algunos sonidos y decir algunas palabras como “mamá” o “adiós”.
El niño puede presentar un mayor riesgo de pérdida auditiva porque:
  • nació prematuramente;
  • estuvo en la unidad de cuidados intensivos de neonatología;
  • recibió medicamentos que pueden ocasionar pérdidas auditivas;
  • sufrió complicaciones al nacer;
padeció frecuentes infecciones de oído o infecciones como la meningitis o el citomegalovirus.
A los niños que parecen escuchar bien, el médico les debería seguir realizando pruebas auditivas normales a lo largo de toda la vida. Las pruebas suelen llevarse a cabo a los 4, 5, 6, 8, 10, 12, 15 y 18 años, y en cualquier otro momento en el que exista algún tipo de preocupación al respecto.

EVALUACIÓN DE LA AUDICIÓN EN LOS NIÑOS. POR MIGUEL HERNANDEZ.

Evaluación de la audición en los niños



En los primeros años de vida, la audición es un aspecto fundamental del desarrollo social, emocional y cognitivo de un niño. Incluso una pérdida leve o parcial de la audición puede afectar la capacidad de un niño para hablar y entender el lenguaje.
Ear graphic in SpanishLa buena noticia es que los problemas de la audición son tratables si se los toma a tiempo, idealmente antes de que un bebé cumpla tres meses. Por lo tanto, es importante hacer exámenes tempranos de la audición de su hijo y evaluaciones regulares.

Causas de pérdida de audición (hipoacusia)

La hipoacusia es una anomalía congénita frecuente que afecta aproximadamente entre uno a tres de cada 1000 bebés. Una cantidad de factores pueden llevar a la hipoacusia, y, casi la mitad de las veces, no se encuentra una causa.
Puede ocurrir hipoacusia si un niño:
  • nació de manera prematura
  • permaneció en la unidad de cuidados intensivos neonatales
  • tuvo una alta concentración de bilirrubina que requirió una transfusión
  • recibió medicamentos que pueden causar hipoacusia
  • tiene antecedentes familiares de hipoacusia infantil
  • tuvo complicaciones en el parto
  • tuvo infecciones frecuentes en los oídos; otros infecciones, como meningitis o citomegalovirus
  • estuvo expuesto a sonidos o ruidos muy fuertes, incluso por un tiempo corto
  • ¿Cuándo se debe evaluar la audición?

    En la mayoría de los niños que nacen con hipoacusia es posible hacer un diagnóstico mediante una prueba de la audición. Sin embargo, en algunos casos, este trastorno se debe a infecciones, traumas y niveles de ruido perjudiciales, y el problema no se manifiesta hasta una etapa posterior de la niñez. De modo que es importante evaluar la audición de los niños periódicamente durante el crecimiento.
    Probablemente, se le haga a su bebé recién nacido una prueba de la audición antes del alta hospitalaria (en la mayoría de los estados es una prueba obligatoria). Si la prueba no se realiza o el bebé nació en casa o en una maternidad, es importante que se haga dentro de las tres semanas de vida.
    Si la prueba de audición del bebé no es satisfactoria, no necesariamente significa que tiene hipoacusia. Debido a que restos o líquido en el oído pueden dificultar la prueba, esta debe repetirse para confirmar el diagnóstico.
    Si la prueba inicial de la audición del recién nacido no es satisfactoria, es importante repetirla dentro del plazo de tres meses a fin de comenzar un tratamiento de inmediato. El tratamiento para la hipoacusia puede ser más eficaz si se comienza antes de que el niño cumpla seis meses.
    Los niños cuya audición es aparentemente normal deben continuar con las evaluaciones de la audición en las visitas regulares al médico. Por lo general, las pruebas de la audición se realizan a los 4, 5, 6, 8, 10, 12, 15 y 18 años, y en cualquier otro momento si hay un motivo de preocupación.
    No obstante, si su hijo parece tener un problema auditivo, si el desarrollo del habla no parece normal o si es difícil entender lo que el niño dice, hable con el médico.

    Síntomas de hipoacusia

    Incluso si la prueba de la audición del recién nacido es satisfactoria, siga observando los signos que indican que la audición es normal.
    Algunos logros auditivos que su hijo debe alcanzar en el primer año de vida:
    • La mayoría de los lactantes recién nacidos se sobresaltan o "asustan" ante los ruidos fuertes y repentinos.
    • Antes de los tres meses, un bebé por lo general reconoce la voz de los padres.
    • Antes de los seis meses, un lactante puede habitualmente mirar o girar la cabeza hacia el lugar desde donde proviene un sonido.
    • Es frecuente que, antes de los 12 meses, un niño pueda imitar algunos sonidos y decir unas pocas palabras, como "mamá" o "adiós".
    A medida que el bebé crece hasta convertirse en un niño pequeño, los signos de hipoacusia pueden incluir:
    • limitaciones en el habla, habla deficiente o falta de habla
    • falta de atención frecuente
    • dificultades de aprendizaje
    • aumento frecuente del volumen del televisor
    • falta de respuesta al habla o respuestas inadecuadas al habla
    • Tipos de hipoacusia La hipoacusia conductiva es causada por una interferencia en la transmisión del sonido al oído interno. Los lactantes y los niños pequeños frecuentemente desarrollan hipoacusia conductiva debido a infecciones en los oídos. Esta hipoacusia suele ser leve, transitoria y tratable con medicamentos o cirugía.La hipoacusia neurosensorial se relaciona con la malformación, la disfunción o el daño en el oído interno (cóclea) y, en contadas ocasiones, se debe a problemas en la corteza auditiva del cerebro. El tipo más común es la pérdida de audición coclear, y esto puede afectar a una parte específica de la cóclea (células ciliadas internas y células ciliadas externas o ambas). Habitualmente existe al momento del nacimiento. Puede ser hereditaria o causada por una serie de problemas médicos, pero a veces su origen es desconocido. Este tipo de hipoacusia suele ser permanente.El grado de hipoacusia neurosensorial puede ser leve, moderado, grave o profundo. A veces, la pérdida es progresiva (la audición es cada vez más deficiente) y en ocasiones es unilateral (un oído solamente).Debido a que la hipoacusia puede ser progresiva, deben realizarse pruebas audiológicas repetidas. Por lo general, la hipoacusia neurosensorial no se puede revertir médica ni quirúrgicamente; sin embargo, los audífonos pueden ser de ayuda para los niños con este tipo de pérdida de audición.La hipoacusia mixta ocurre cuando están presentes la hipoacusia conductiva y la neurosensorial.La hipoacusia central involucra las áreas auditivas del cerebro, que pueden mostrar una dificultad para "procesar" el lenguaje y otra información auditiva. A menudo esto se conoce como "trastorno de procesamiento auditivo" y puede diagnosticarse erróneamente como un trastorno de la conducta.
    • Cómo se evalúa la audición Se pueden usar varios métodos para evaluar la audición de un niño, en función de su edad, desarrollo y estado de salud. Las pruebas del comportamiento implican la observación cuidadosa de la respuesta conductual del niño a los sonidos, como el discurso calibrado y los tonos puros. Los tonos puros son las distintas frecuencias de los sonidos. Algunas veces se usan otras señales calibradas para obtener información sobre la frecuencia.Las posibles respuestas conductuales son: que un lactante realice movimientos oculares, que un niño pequeño gire la cabeza, que un niño en edad preescolar coloque la pieza de un juego o que un niño en edad escolar levante la mano. Las respuestas habladas pueden incluir la identificación de una palabra en imágenes o la repetición de palabras a niveles suaves o cómodos. Los niños muy pequeños son capaces de realizar una serie de pruebas de comportamiento.
    • Pruebas fisiológicas

      Las pruebas fisiológicas no son pruebas de audición, pero sí mediciones que pueden calcular en parte la función auditiva. Se las utiliza para los niños que no se pueden evaluar desde el punto de vista del comportamiento (porque son muy pequeños, tienen un retraso en el desarrollo u otros problemas médicos) y, a veces, pueden ayudar a determinar qué función del sistema auditivo es la que falla.

      Prueba de respuesta auditiva evocada del tronco del encéfalo (BAER)

      Para esta prueba, se colocan diminutos auriculares en los canales auditivos (que se parecen a pequeños adhesivos) y se acomodan detrás de la cabeza y sobre la frente. Por lo general, se introducen sonidos similares a clics a través de los auriculares, y los electrodos miden la respuesta del nervio auditivo a los sonidos. Una computadora calcula la media de estas respuestas y muestra formas de onda. El lactante puede estar dormido naturalmente o sedado para esta prueba. A los niños mayores dispuestos a cooperar se les realiza la prueba en un ambiente silencioso mientras están concentrados en imágenes.
      Puesto que existen formas de onda características para la audición normal en ciertas partes de la gama de sonidos, un BAER normal puede predecir con bastante exactitud que la audición de un bebé es normal en ese rango. Un BAER anormal puede deberse a hipoacusia, pero también a algunos problemas médicos o dificultades en la medición.

      Prueba de respuesta auditiva de estado estable (RAEE)

      Para la RAEE, el lactante por lo general está dormido o sedado. Esta es una prueba nueva que en la actualidad debe realizarse junto con el BAER para evaluar la audición. Se transmite el sonido a través de los canales auditivos, y una computadora recoge la respuesta del cerebro al sonido y automáticamente establece el nivel de audición. La prueba aún está en desarrollo.

      Prueba de emisiones otoacústicas

      Esta prueba breve se realiza con un lactante dormido o un niño mayor que puede permanecer sentado callado. Se coloca una sonda pequeña en el canal del oído y luego se introducen muchos sonidos de tipo pulso y se graba una respuesta de tipo "eco" de las células ciliadas externas del oído interno. Una computadora calcula la media de estas grabaciones. Una grabación normal está asociada con el correcto funcionamiento de las células ciliadas externas y refleja una audición normal, aunque en algunos casos la hipoacusia puede deberse a problemas en otras partes de la vía auditiva.
      El BAER y la prueba de emisiones otoacústicas se utilizan en los hospitales para hacer exámenes a los recién nacidos. Si el examen de un bebé no resulta satisfactorio, la prueba por lo general se repite. Si el examen vuelve a indicar que hay un problema, se deriva al bebé para una evaluación completa de la audición.

      Timpanometría

      La timpanometría no es una prueba de audición sino un procedimiento que puede demostrar si el tímpano se mueve satisfactoriamente cuando se introducen un sonido suave y aire a presión en el canal auditivo. Es útil para identificar problemas en el oído medio, como la acumulación de líquido detrás del tímpano.
      Un timpanograma es una representación gráfica de una timpanometría. Una línea "plana" en un timpanograma puede indicar que el tímpano está inmóvil, mientras que un patrón "de picos" suele indicar que el funcionamiento es normal. Junto con la timpanometría se debe realizar un examen visual del oído.

      ¿Quiénes realizan las pruebas de audición?

      Un audiólogo pediátrico se especializa en evaluar y ayudar a los niños con hipoacusia, y trabaja en estrecha colaboración con médicos, educadores y terapeutas del habla y el lenguaje.
      Los audiólogos tienen una gran capacitación especializada. Poseen maestrías o doctorados en audiología, han realizado residencias y están certificados por la Asociación Estadounidense del Habla, el Lenguaje y la Audición (American Speech-Language-Hearing Association) (Certificado de Competencia Clínica en Audiología o CCC-A, por sus siglas en inglés), o bien son Miembros de laAcademia Estadounidense de Audiología (Fellows of the American Academy of Audiology o F-AAA, por sus siglas en inglés).

      Tratamiento para la hipoacusia

      Los audífonos son el principal tratamiento no médico para la hipoacusia. El tipo de hipoacusia más común incluye la disfunción de células ciliadas externas; los audífonos permiten amplificar el sonido para superar este problema. Los componentes básicos de un audífono son el micrófono, el amplificador y el receptor. Una serie de opciones de circuitos modifican la forma en que el audífono hace que ciertos sonidos sean más fuertes.
      Hay varios modelos de audífonos; algunos se usan en el cuerpo mientras que otros se colocan detrás o dentro de la oreja. Algunos audífonos especializados se fijan en el hueso del cráneo para enviar ondas de sonido directamente a la cóclea y pueden utilizarse en los casos de hipoacusia conductiva no tratable con audífonos estándar. Ningún modelo o fabricante específico es mejor: la selección del audífono depende de las necesidades individuales del niño. La mayoría de los niños con hipoacusia bilateral (en ambos oídos) usan dos audífonos.
      Los audífonos son costosos debido a su tecnología sofisticada, y su costo mínimo es de varios cientos de dólares. Lamentablemente, las compañías de seguros de salud no suelen cubrirlos, aunque varios estados exigen ahora que el seguro cubra al menos parte del costo. En caso de problemas financieros, una familia puede reunir las condiciones para recibir ayuda a través de un programa gubernamental.
      Un dispositivo especializado de amplificación llamado sistema de FM puede ser de ayuda en la escuela. A veces, los sistemas de FM reciben el nombre de "entrenador auditivo". Pueden estar disponibles en el aula para mejorar la audición en entornos grupales o ruidosos y, también, pueden adaptarse para su uso personal o en el hogar. Otros dispositivos de ayuda para la audición o de alerta pueden ser útiles para los niños mayores.
      Además de los audífonos o los sistemas de FM, la rehabilitación de la audición puede incluir terapia auditiva o para escuchar y lectura del habla (de los labios).
      Un implante coclear no permite recuperar la audición, sino que transmite información acústica a través de la cóclea dañada directamente al nervio de la audición. Está destinado a los niños con hipoacusia profunda para los que los audífonos no son de utilidad.

RETRASO EN EL DESARROLLO DEL LENGUAJE Y DEL HABLA.

Retraso en el desarrollo del habla o del lenguaje



Su hijo ya tiene dos años y apenas habla. Dice unas pocas palabras pero, en comparación con otros niños de su edad, usted cree que lleva bastante retraso. Recuerda que su hermana era capaz de hilvanar frases enteras a la misma edad. Con la esperanza de que su hijo se ponga al día más adelante, usted pospone la búsqueda de ayuda profesional. Algunos niños caminan temprano en el proceso de desarrollo y hay otros que hablan muy pronto, se dice. No hay motivo para preocuparse...
Esta situación es bastante habitual entre los padres de niños en quienes el lenguaje se desarrolla más despacio de lo habitual. A no ser que observen retrasos en otras áreas del desarrollo inicial del niño, los padres pueden tener dudas sobre si deberían o no solicitar ayuda profesional. Algunos justifican el retraso del habla de su hijo diciéndose a sí mismos que "con la edad, ya lo superará" o que "a su hijo le interesa más moverse que hablar".
Saber qué es "normal" y qué no lo es en el desarrollo del habla y del lenguaje puede ayudar a dilucidar si usted debería preocuparse o si su hijo está evolucionando correctamente en ambos ámbitos.

Entender el desarrollo normal del habla y el lenguaje

Es importante que en cada una de los exámenes médicos programadas por el pediatra de su hijo hable con él sobre el habla y el desarrollo del lenguaje, así como sobre otros aspectos del proceso evolutivo del pequeño que le preocupen. Puede ser difícil saber si su hijo solo es inmaduro en su capacidad para comunicarse o tiene algún problema que requeriría atención profesional.
Las siguientes normas sobre el desarrollo pueden servirle de guía:

Antes de los 12 meses

Es importante que a los niños de esta edad se les observe a fin de detectar indicadores de que utilizan la voz para relacionarse con el entorno. El balbuceo es una fase inicial del desarrollo del habla. Cuando los bebés crecen (a menudo en torno a los nueve meses), empiezan a unir sonidos, a incorporar las distintas entonaciones del habla y a decir palabras como "mamá" y "papá" (sin entender realmente lo que significan).
Antes de los doce meses, los bebés deberían ser receptivos a los sonidos y empezar a reconocer nombres de objetos de uso común (por ejemplo, biberón, chupete, etc.). Los bebés que observan atentamente su entorno pero no reaccionan al sonido es posible que presenten deficiencias auditivas.

Entre los 12 y los 15 meses

Los niños de esta edad deberían tener un amplio abanico de sonidos en su balbuceo (como p, b, m, d, o n), empezar a imitar y aproximarse a sonidos y palabras emitidos por los miembros de sus familias y típicamente decir una o más palabras (excluyendo "mamá" y "papá") de forma espontánea. Los nombres suelen ser los primeros, como "bebé" y "pelota". Su hijo también debería entender y seguir instrucciones de un solo paso ("Por favor, pásame el juguete", por ejemplo).

De los 18 a los 24 meses

Aunque hay una gran variabilidad, la mayoría de niños dicen unas 20 palabras cuando tienen aproximadamente 18 meses y unas 50 o más cuando cumplen dos años. En torno a esta edad, los niños empiezan a combinar dos palabras en frases muy simples, como "bebé llorar" o "papá grande". Un niño de dos años debería poder identificar objetos de uso común, dibujos de tales objetos, indicar sus propias partes del cuerpo cuando alguien se las señala y seguir instrucciones de dos pasos (como "Por favor, recoge el juguete y dámelo").

De dos a tres años

Los padres suelen presenciar una "explosión" en el habla de su hijo. El vocabulario de su pequeño debería crecer considerablemente (demasiadas palabras para contarlas) y el niño debería combinar de forma sistemática tres o más palabras en frases más largas.
Su comprensión también debería mejorar; con tres años, un niño debería empezar a entender qué significa "ponlo en la mesa" o "ponlo debajo de la cama". Su hijo también debería empezar a identificar colores y a entender conceptos descriptivos (grande frente a pequeño, por ejemplo).

La diferencia entre el habla y el lenguaje

El habla y el lenguaje suelen confundirse entre sí, pero hay una diferencia importante entre ambos:
  • El habla es la expresión verbal del lenguaje e incluye la articulación, que es el modo en que se forman los sonidos y las palabras.
  • El lenguaje es mucho más amplio que el habla y abarca el sistema completo de expresar y recibir información de una forma coherente. Se refiere a entender y ser entendido a través de la comunicación, sea verbal, no verbal o escrita.
A pesar de que los problemas relacionados con el habla y con el lenguaje difieren, a menudo se ambinan entre sí. Un niño con un problema de lenguaje puede pronunciar correctamente las palabras pero ser incapaz de combinar más de dos palabras en una frase. El habla de otro niño puede ser difícil de entender, aunque sea capaz de utilizar palabras y frases paras expresar sus ideas. Y otro niño puede hablar bien y con claridad pero tener dificultades para seguir instrucciones.

Señales de alarma de un posible problema

Si le preocupa el desarrollo del habla y del lenguaje de su hijo, he aquí algunos de los aspectos en que debería fijarse.
Un niño que no reacciona al sonido o que no vocaliza sería un buen motivo de preocupación. Entre los 12 y los 24 meses, otros motivos de preocupación incluyen los siguientes:
  • con 12 meses, no utiliza gestos, como señalar o despedirse con la mano
  • con 18 meses, prefiere comunicarse con gestos, en vez de con vocalizaciones
  • con 18 meses, tiene dificultades para imitar sonidos
  • tiene dificultades para entender comandos verbales simples
Solicite una evaluación profesional de un niño de más de dos años si:
  • solo imita el habla o los actos ajenos pero no genera palabras o frases de forma espontánea
  • solo produce determinados sonidos o palabras de forma repetida y no puede utilizar el lenguaje oral para comunicar más que sus necesidades inmediatas
  • no puede seguir instrucciones simples
  • tiene un tono de voz o una pronunciación extraña (áspera o nasal, por ejemplo)
  • cuesta más entenderle de lo que sería esperable por su edad. Los padres y cuidadores habituales deberían entender la mitad del habla de un niño de dos años y aproximadamente tres cuartas partes del habla de uno de tres años. Con cuatro años, a un niño se le debería entender prácticamente todo, incluso personas que no lo conocen.
  • Causas del retraso del habla o del lenguaje

    Muchos factores pueden provocar retrasos en el desarrollo del habla y del lenguaje. Los retrasos del habla en un niño que en otras facetas se desarrolla con normalidad pueden estar provocados por problemas orales (relacionados con la boca), como los problemas en la lengua o en el paladar. Un frenillo corto (el pliegue que hay debajo de la lengua) puede limitar los movimientos linguales para la producción del habla.
    Muchos niños con retrasos del habla tienen problemas orales motores, lo que implica la existencia de una comunicación ineficaz en las áreas cerebrales responsables de la producción del habla. Por ejemplo, hay niños que tienen dificultades para utilizar y coordinar los labios, la lengua y la mandíbula a fin de producir los sonidos del habla. El habla puede ser el único ámbito afectado o puede ir acompañado de otros problemas orales motores, como las dificultades para alimentarse. El retraso del habla también puede ser una parte (en vez de indicar) de un problema más "global" (o general) de retraso del desarrollo.
    Los problemas auditivos también suelen estar relacionados con los retrasos del habla; por lo tanto, cuando un padre está preocupado por el habla de su hijo, a este siempre se le debería evaluar la audición, llevándolo a un audiólogo. Un niño con problemas auditivos puede tener problemas para articular, así como para entender, imitar y utilizar el lenguaje.
    Las infecciones de oído (otitis), sobre todo las de carácter crónico, pueden repercutir sobre las capacidades auditivas de un niño. Pero una sencilla infección de oído que ha recibido el tratamiento adecuado no debería tener ningún efecto sobre el habla del niño.

    Qué hacen los logoterapeutos

    Si usted o su pediatra sospecha que su hijo tiene un problema, es decisivo que un logoterapeutos lo evalúe lo antes posible. Por supuesto, si resulta que su hijo no tiene ningún problema en el habla ni en el lenguaje, la evaluación permitirá reducir sus temores.
    Aunque usted mismo puede buscar un logoterapeutos, es posible que el pediatra de su hijo o su médico de familia les remita a uno de estos profesionales.
    Al realizar la evaluación, logoterapeutos analizará estos dos aspectos en el contexto del desarrollo general del niño. Aparte de observar a su hijo, el patólogo del habla y del lenguaje le aplicará una serie de pruebas y escalas estandarizadas y comprobará si ha alcanzado o no los distintos hitos en el desarrollo del habla y del lenguaje.
    El logoterapeuto también avaluará:
    • qué entiende su hijo (lo que se conoce como lenguaje receptivo)
    • qué puede decir su hijo (lenguaje expresivo)
    • si su hijo intenta comunicarse de otros modos, como señalando, sacudiendo la cabeza, haciendo gestos, etc.
    • el desarrollo de los sonidos y la claridad del habla
    • el estado oral motor de su hijo (cómo trabajan conjuntamente la boca, la lengua, el paladar, etc. durante el habla, así como durante las conductas de comer y tragar)
    Si la logoterapia considera que su hijo necesita logoterapia, su participación, en calidad de padre, será de suma importancia. Usted podrá observar las sesiones de terapia y aprender a participar en el proceso. El logoterapeuta le enseñará cómo puede trabajar con su hijo en casa para mejorar el habla y el lenguaje del pequeño.
    Es posible que la evaluación que realice logoterapeuta le indique que sus expectativas, sencillamente, eran demasiado altas. Los materiales educativos que establecen las etapas e hitos evolutivos en el desarrollo del habla y el lenguaje pueden ayudarle a ver a su hijo de una forma más realística.

    Qué pueden hacer los padres

    Como muchos otros aspectos de la vida, el desarrollo del habla es el resultado de una combinación de factores innatos y adquiridos. La constitución genética determinará, en parte, la inteligencia y el desarrollo del lenguaje. De todos modos, gran parte de la inteligencia y del lenguaje dependen del entorno. ¿Se estimula adecuadamente al niño en casa y en el centro de preescolar? ¿En ambos lugares hay oportunidades para participar en el intercambio y para comunicarse libremente? ¿Qué tipo de retroalimentación recibe el niño?
    Cuando se detectan problemas de habla, de lenguaje, auditivos o de desarrollo, la intervención precoz puede proporcionar la ayuda que necesita el niño. Y, cuando se tiene una mayor comprensión de por qué un niño no habla, se pueden aprender formas de fomentar el desarrollo del habla.
    He aquí unos pocos consejos generales que puede utilizar en su casa:
    • Dedique mucho tiempo a comunicarse con su hijo, incluso durante la etapa de la lactancia: háblele, hágale signos y fomente en él la imitación de sonidos y gestos.
    • Léale a su hijo, empezando cuando tan solo tenga seis meses. No tiene que leerle cuentos enteros, pero busque libros apropiados para su edad, de tapa blande o dura y con dibujos que animen a los niños a mirar mientras se van nombrando los dibujos. Pruebe empezar con cuentos clásicos para bebés, donde estos puedan imitar y realizar movimientos, como acariciar, o libros con texturas que los niños pueden palpar y sentir. Más adelante, deje que su hijo señale dibujos reconocibles e intente nombrarlos. Luego pase a los versos y canciones infantiles, que tienen el atractivo de la rima y el ritmo. Avance hacia los libros predecibles (como Los tres cerditos) que permiten a los niños anticipar lo que va a ocurrir. Es posible que su pequeño hasta empiece a memorizar partes de sus cuentos favoritos.
    • Aproveche las situaciones cotidianas para reforzar el habla y el lenguaje de su hijo. En otras palabras, pásese el día hablando sin parar. Por ejemplo, nombre los alimentos que compra en la tienda de comestibles, explíquele lo que hace mientras prepara la comida o limpia una habitación, señale objetos de la casa y, mientras vayan en coche, comente los sonidos que oiga. Formule preguntas a su hijo y hágase eco de sus respuestas (incluso aunque sean difíciles de entender). Hable de forma sencilla, pero no utilice nunca el habla infantil, es decir, la forma de hablar propia de los bebés.
    Independientemente de la edad que tenga su hijo, reconocer y tratar los problemas lo antes posible es el mejor enfoque para ayudar en los retrasos del habla y del lenguaje. Con una terapia adecuada y tiempo, lo más probable es que su hijo pueda comunicarse mejor con usted y con el resto del mundo.
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