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PROF. MIGUEL HERNANDEZ.
LICENCIADO EN EDUCACIÓN ESPECIAL
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AMPLIA EXPERIENCIA EN LA MATERIA.

martes, 16 de octubre de 2012

COMO SABER SI NUESTRO BEBE TIENE UN PROBLEMA AUDITIVO. POR MIGUEL HERNANDEZ.


Un historial familiar de pérdida auditiva, efectivamente, hace que el recién nacido presente un mayor riesgo de padecer sordera también. Pero puede quedarse tranquilo, la audición de su bebé se puede monitorizar de cerca de modo que, si existe algún problema auditivo, se comience el tratamiento lo antes posible. Y si está preocupado por la capacidad auditiva de su bebé, háblelo con el pediatra.
En la mayoría de los estados, los hospitales realizan una prueba auditiva al recién nacido antes de darle el alta hospitalaria. Si no se le realiza el examen en ese momento, o si el bebé nace en casa o en un centro de maternidad, es importante que se le haga una prueba auditiva en las tres primeras semanas de vida.
Si su bebé no pasa el examen auditivo, no significa necesariamente que presente una pérdida auditiva. Se le debería reexaminar dentro de los tres primeros meses de vida para confirmar la existencia de dicha pérdida. Si las pruebas siguientes la confirman, los médicos deberían comenzar a tratarla antes de que el niño tenga seis meses.
Aunque su bebé pase la primera prueba auditiva, es importante asegurarse de que oye bien. Estas son algunas características del desarrollo auditivo que su hijo debe alcanzar en el primer año de vida:
  • La mayoría de los recién nacidos se sobresaltan o dan repullos al oír sonidos fuertes y repentinos.
  • Antes de los 3 meses: el bebé suele reconocer la voz de sus padres.
  • Antes de los 6 meses: suele ser capaz de mover los ojos o la cabeza en la dirección del sonido.
  • Antes de los 12 meses: suele ser capaz de imitar algunos sonidos y decir algunas palabras como “mamá” o “adiós”.
El niño puede presentar un mayor riesgo de pérdida auditiva porque:
  • nació prematuramente;
  • estuvo en la unidad de cuidados intensivos de neonatología;
  • recibió medicamentos que pueden ocasionar pérdidas auditivas;
  • sufrió complicaciones al nacer;
padeció frecuentes infecciones de oído o infecciones como la meningitis o el citomegalovirus.
A los niños que parecen escuchar bien, el médico les debería seguir realizando pruebas auditivas normales a lo largo de toda la vida. Las pruebas suelen llevarse a cabo a los 4, 5, 6, 8, 10, 12, 15 y 18 años, y en cualquier otro momento en el que exista algún tipo de preocupación al respecto.

EVALUACIÓN DE LA AUDICIÓN EN LOS NIÑOS. POR MIGUEL HERNANDEZ.

Evaluación de la audición en los niños



En los primeros años de vida, la audición es un aspecto fundamental del desarrollo social, emocional y cognitivo de un niño. Incluso una pérdida leve o parcial de la audición puede afectar la capacidad de un niño para hablar y entender el lenguaje.
Ear graphic in SpanishLa buena noticia es que los problemas de la audición son tratables si se los toma a tiempo, idealmente antes de que un bebé cumpla tres meses. Por lo tanto, es importante hacer exámenes tempranos de la audición de su hijo y evaluaciones regulares.

Causas de pérdida de audición (hipoacusia)

La hipoacusia es una anomalía congénita frecuente que afecta aproximadamente entre uno a tres de cada 1000 bebés. Una cantidad de factores pueden llevar a la hipoacusia, y, casi la mitad de las veces, no se encuentra una causa.
Puede ocurrir hipoacusia si un niño:
  • nació de manera prematura
  • permaneció en la unidad de cuidados intensivos neonatales
  • tuvo una alta concentración de bilirrubina que requirió una transfusión
  • recibió medicamentos que pueden causar hipoacusia
  • tiene antecedentes familiares de hipoacusia infantil
  • tuvo complicaciones en el parto
  • tuvo infecciones frecuentes en los oídos; otros infecciones, como meningitis o citomegalovirus
  • estuvo expuesto a sonidos o ruidos muy fuertes, incluso por un tiempo corto
  • ¿Cuándo se debe evaluar la audición?

    En la mayoría de los niños que nacen con hipoacusia es posible hacer un diagnóstico mediante una prueba de la audición. Sin embargo, en algunos casos, este trastorno se debe a infecciones, traumas y niveles de ruido perjudiciales, y el problema no se manifiesta hasta una etapa posterior de la niñez. De modo que es importante evaluar la audición de los niños periódicamente durante el crecimiento.
    Probablemente, se le haga a su bebé recién nacido una prueba de la audición antes del alta hospitalaria (en la mayoría de los estados es una prueba obligatoria). Si la prueba no se realiza o el bebé nació en casa o en una maternidad, es importante que se haga dentro de las tres semanas de vida.
    Si la prueba de audición del bebé no es satisfactoria, no necesariamente significa que tiene hipoacusia. Debido a que restos o líquido en el oído pueden dificultar la prueba, esta debe repetirse para confirmar el diagnóstico.
    Si la prueba inicial de la audición del recién nacido no es satisfactoria, es importante repetirla dentro del plazo de tres meses a fin de comenzar un tratamiento de inmediato. El tratamiento para la hipoacusia puede ser más eficaz si se comienza antes de que el niño cumpla seis meses.
    Los niños cuya audición es aparentemente normal deben continuar con las evaluaciones de la audición en las visitas regulares al médico. Por lo general, las pruebas de la audición se realizan a los 4, 5, 6, 8, 10, 12, 15 y 18 años, y en cualquier otro momento si hay un motivo de preocupación.
    No obstante, si su hijo parece tener un problema auditivo, si el desarrollo del habla no parece normal o si es difícil entender lo que el niño dice, hable con el médico.

    Síntomas de hipoacusia

    Incluso si la prueba de la audición del recién nacido es satisfactoria, siga observando los signos que indican que la audición es normal.
    Algunos logros auditivos que su hijo debe alcanzar en el primer año de vida:
    • La mayoría de los lactantes recién nacidos se sobresaltan o "asustan" ante los ruidos fuertes y repentinos.
    • Antes de los tres meses, un bebé por lo general reconoce la voz de los padres.
    • Antes de los seis meses, un lactante puede habitualmente mirar o girar la cabeza hacia el lugar desde donde proviene un sonido.
    • Es frecuente que, antes de los 12 meses, un niño pueda imitar algunos sonidos y decir unas pocas palabras, como "mamá" o "adiós".
    A medida que el bebé crece hasta convertirse en un niño pequeño, los signos de hipoacusia pueden incluir:
    • limitaciones en el habla, habla deficiente o falta de habla
    • falta de atención frecuente
    • dificultades de aprendizaje
    • aumento frecuente del volumen del televisor
    • falta de respuesta al habla o respuestas inadecuadas al habla
    • Tipos de hipoacusia La hipoacusia conductiva es causada por una interferencia en la transmisión del sonido al oído interno. Los lactantes y los niños pequeños frecuentemente desarrollan hipoacusia conductiva debido a infecciones en los oídos. Esta hipoacusia suele ser leve, transitoria y tratable con medicamentos o cirugía.La hipoacusia neurosensorial se relaciona con la malformación, la disfunción o el daño en el oído interno (cóclea) y, en contadas ocasiones, se debe a problemas en la corteza auditiva del cerebro. El tipo más común es la pérdida de audición coclear, y esto puede afectar a una parte específica de la cóclea (células ciliadas internas y células ciliadas externas o ambas). Habitualmente existe al momento del nacimiento. Puede ser hereditaria o causada por una serie de problemas médicos, pero a veces su origen es desconocido. Este tipo de hipoacusia suele ser permanente.El grado de hipoacusia neurosensorial puede ser leve, moderado, grave o profundo. A veces, la pérdida es progresiva (la audición es cada vez más deficiente) y en ocasiones es unilateral (un oído solamente).Debido a que la hipoacusia puede ser progresiva, deben realizarse pruebas audiológicas repetidas. Por lo general, la hipoacusia neurosensorial no se puede revertir médica ni quirúrgicamente; sin embargo, los audífonos pueden ser de ayuda para los niños con este tipo de pérdida de audición.La hipoacusia mixta ocurre cuando están presentes la hipoacusia conductiva y la neurosensorial.La hipoacusia central involucra las áreas auditivas del cerebro, que pueden mostrar una dificultad para "procesar" el lenguaje y otra información auditiva. A menudo esto se conoce como "trastorno de procesamiento auditivo" y puede diagnosticarse erróneamente como un trastorno de la conducta.
    • Cómo se evalúa la audición Se pueden usar varios métodos para evaluar la audición de un niño, en función de su edad, desarrollo y estado de salud. Las pruebas del comportamiento implican la observación cuidadosa de la respuesta conductual del niño a los sonidos, como el discurso calibrado y los tonos puros. Los tonos puros son las distintas frecuencias de los sonidos. Algunas veces se usan otras señales calibradas para obtener información sobre la frecuencia.Las posibles respuestas conductuales son: que un lactante realice movimientos oculares, que un niño pequeño gire la cabeza, que un niño en edad preescolar coloque la pieza de un juego o que un niño en edad escolar levante la mano. Las respuestas habladas pueden incluir la identificación de una palabra en imágenes o la repetición de palabras a niveles suaves o cómodos. Los niños muy pequeños son capaces de realizar una serie de pruebas de comportamiento.
    • Pruebas fisiológicas

      Las pruebas fisiológicas no son pruebas de audición, pero sí mediciones que pueden calcular en parte la función auditiva. Se las utiliza para los niños que no se pueden evaluar desde el punto de vista del comportamiento (porque son muy pequeños, tienen un retraso en el desarrollo u otros problemas médicos) y, a veces, pueden ayudar a determinar qué función del sistema auditivo es la que falla.

      Prueba de respuesta auditiva evocada del tronco del encéfalo (BAER)

      Para esta prueba, se colocan diminutos auriculares en los canales auditivos (que se parecen a pequeños adhesivos) y se acomodan detrás de la cabeza y sobre la frente. Por lo general, se introducen sonidos similares a clics a través de los auriculares, y los electrodos miden la respuesta del nervio auditivo a los sonidos. Una computadora calcula la media de estas respuestas y muestra formas de onda. El lactante puede estar dormido naturalmente o sedado para esta prueba. A los niños mayores dispuestos a cooperar se les realiza la prueba en un ambiente silencioso mientras están concentrados en imágenes.
      Puesto que existen formas de onda características para la audición normal en ciertas partes de la gama de sonidos, un BAER normal puede predecir con bastante exactitud que la audición de un bebé es normal en ese rango. Un BAER anormal puede deberse a hipoacusia, pero también a algunos problemas médicos o dificultades en la medición.

      Prueba de respuesta auditiva de estado estable (RAEE)

      Para la RAEE, el lactante por lo general está dormido o sedado. Esta es una prueba nueva que en la actualidad debe realizarse junto con el BAER para evaluar la audición. Se transmite el sonido a través de los canales auditivos, y una computadora recoge la respuesta del cerebro al sonido y automáticamente establece el nivel de audición. La prueba aún está en desarrollo.

      Prueba de emisiones otoacústicas

      Esta prueba breve se realiza con un lactante dormido o un niño mayor que puede permanecer sentado callado. Se coloca una sonda pequeña en el canal del oído y luego se introducen muchos sonidos de tipo pulso y se graba una respuesta de tipo "eco" de las células ciliadas externas del oído interno. Una computadora calcula la media de estas grabaciones. Una grabación normal está asociada con el correcto funcionamiento de las células ciliadas externas y refleja una audición normal, aunque en algunos casos la hipoacusia puede deberse a problemas en otras partes de la vía auditiva.
      El BAER y la prueba de emisiones otoacústicas se utilizan en los hospitales para hacer exámenes a los recién nacidos. Si el examen de un bebé no resulta satisfactorio, la prueba por lo general se repite. Si el examen vuelve a indicar que hay un problema, se deriva al bebé para una evaluación completa de la audición.

      Timpanometría

      La timpanometría no es una prueba de audición sino un procedimiento que puede demostrar si el tímpano se mueve satisfactoriamente cuando se introducen un sonido suave y aire a presión en el canal auditivo. Es útil para identificar problemas en el oído medio, como la acumulación de líquido detrás del tímpano.
      Un timpanograma es una representación gráfica de una timpanometría. Una línea "plana" en un timpanograma puede indicar que el tímpano está inmóvil, mientras que un patrón "de picos" suele indicar que el funcionamiento es normal. Junto con la timpanometría se debe realizar un examen visual del oído.

      ¿Quiénes realizan las pruebas de audición?

      Un audiólogo pediátrico se especializa en evaluar y ayudar a los niños con hipoacusia, y trabaja en estrecha colaboración con médicos, educadores y terapeutas del habla y el lenguaje.
      Los audiólogos tienen una gran capacitación especializada. Poseen maestrías o doctorados en audiología, han realizado residencias y están certificados por la Asociación Estadounidense del Habla, el Lenguaje y la Audición (American Speech-Language-Hearing Association) (Certificado de Competencia Clínica en Audiología o CCC-A, por sus siglas en inglés), o bien son Miembros de laAcademia Estadounidense de Audiología (Fellows of the American Academy of Audiology o F-AAA, por sus siglas en inglés).

      Tratamiento para la hipoacusia

      Los audífonos son el principal tratamiento no médico para la hipoacusia. El tipo de hipoacusia más común incluye la disfunción de células ciliadas externas; los audífonos permiten amplificar el sonido para superar este problema. Los componentes básicos de un audífono son el micrófono, el amplificador y el receptor. Una serie de opciones de circuitos modifican la forma en que el audífono hace que ciertos sonidos sean más fuertes.
      Hay varios modelos de audífonos; algunos se usan en el cuerpo mientras que otros se colocan detrás o dentro de la oreja. Algunos audífonos especializados se fijan en el hueso del cráneo para enviar ondas de sonido directamente a la cóclea y pueden utilizarse en los casos de hipoacusia conductiva no tratable con audífonos estándar. Ningún modelo o fabricante específico es mejor: la selección del audífono depende de las necesidades individuales del niño. La mayoría de los niños con hipoacusia bilateral (en ambos oídos) usan dos audífonos.
      Los audífonos son costosos debido a su tecnología sofisticada, y su costo mínimo es de varios cientos de dólares. Lamentablemente, las compañías de seguros de salud no suelen cubrirlos, aunque varios estados exigen ahora que el seguro cubra al menos parte del costo. En caso de problemas financieros, una familia puede reunir las condiciones para recibir ayuda a través de un programa gubernamental.
      Un dispositivo especializado de amplificación llamado sistema de FM puede ser de ayuda en la escuela. A veces, los sistemas de FM reciben el nombre de "entrenador auditivo". Pueden estar disponibles en el aula para mejorar la audición en entornos grupales o ruidosos y, también, pueden adaptarse para su uso personal o en el hogar. Otros dispositivos de ayuda para la audición o de alerta pueden ser útiles para los niños mayores.
      Además de los audífonos o los sistemas de FM, la rehabilitación de la audición puede incluir terapia auditiva o para escuchar y lectura del habla (de los labios).
      Un implante coclear no permite recuperar la audición, sino que transmite información acústica a través de la cóclea dañada directamente al nervio de la audición. Está destinado a los niños con hipoacusia profunda para los que los audífonos no son de utilidad.

RETRASO EN EL DESARROLLO DEL LENGUAJE Y DEL HABLA.

Retraso en el desarrollo del habla o del lenguaje



Su hijo ya tiene dos años y apenas habla. Dice unas pocas palabras pero, en comparación con otros niños de su edad, usted cree que lleva bastante retraso. Recuerda que su hermana era capaz de hilvanar frases enteras a la misma edad. Con la esperanza de que su hijo se ponga al día más adelante, usted pospone la búsqueda de ayuda profesional. Algunos niños caminan temprano en el proceso de desarrollo y hay otros que hablan muy pronto, se dice. No hay motivo para preocuparse...
Esta situación es bastante habitual entre los padres de niños en quienes el lenguaje se desarrolla más despacio de lo habitual. A no ser que observen retrasos en otras áreas del desarrollo inicial del niño, los padres pueden tener dudas sobre si deberían o no solicitar ayuda profesional. Algunos justifican el retraso del habla de su hijo diciéndose a sí mismos que "con la edad, ya lo superará" o que "a su hijo le interesa más moverse que hablar".
Saber qué es "normal" y qué no lo es en el desarrollo del habla y del lenguaje puede ayudar a dilucidar si usted debería preocuparse o si su hijo está evolucionando correctamente en ambos ámbitos.

Entender el desarrollo normal del habla y el lenguaje

Es importante que en cada una de los exámenes médicos programadas por el pediatra de su hijo hable con él sobre el habla y el desarrollo del lenguaje, así como sobre otros aspectos del proceso evolutivo del pequeño que le preocupen. Puede ser difícil saber si su hijo solo es inmaduro en su capacidad para comunicarse o tiene algún problema que requeriría atención profesional.
Las siguientes normas sobre el desarrollo pueden servirle de guía:

Antes de los 12 meses

Es importante que a los niños de esta edad se les observe a fin de detectar indicadores de que utilizan la voz para relacionarse con el entorno. El balbuceo es una fase inicial del desarrollo del habla. Cuando los bebés crecen (a menudo en torno a los nueve meses), empiezan a unir sonidos, a incorporar las distintas entonaciones del habla y a decir palabras como "mamá" y "papá" (sin entender realmente lo que significan).
Antes de los doce meses, los bebés deberían ser receptivos a los sonidos y empezar a reconocer nombres de objetos de uso común (por ejemplo, biberón, chupete, etc.). Los bebés que observan atentamente su entorno pero no reaccionan al sonido es posible que presenten deficiencias auditivas.

Entre los 12 y los 15 meses

Los niños de esta edad deberían tener un amplio abanico de sonidos en su balbuceo (como p, b, m, d, o n), empezar a imitar y aproximarse a sonidos y palabras emitidos por los miembros de sus familias y típicamente decir una o más palabras (excluyendo "mamá" y "papá") de forma espontánea. Los nombres suelen ser los primeros, como "bebé" y "pelota". Su hijo también debería entender y seguir instrucciones de un solo paso ("Por favor, pásame el juguete", por ejemplo).

De los 18 a los 24 meses

Aunque hay una gran variabilidad, la mayoría de niños dicen unas 20 palabras cuando tienen aproximadamente 18 meses y unas 50 o más cuando cumplen dos años. En torno a esta edad, los niños empiezan a combinar dos palabras en frases muy simples, como "bebé llorar" o "papá grande". Un niño de dos años debería poder identificar objetos de uso común, dibujos de tales objetos, indicar sus propias partes del cuerpo cuando alguien se las señala y seguir instrucciones de dos pasos (como "Por favor, recoge el juguete y dámelo").

De dos a tres años

Los padres suelen presenciar una "explosión" en el habla de su hijo. El vocabulario de su pequeño debería crecer considerablemente (demasiadas palabras para contarlas) y el niño debería combinar de forma sistemática tres o más palabras en frases más largas.
Su comprensión también debería mejorar; con tres años, un niño debería empezar a entender qué significa "ponlo en la mesa" o "ponlo debajo de la cama". Su hijo también debería empezar a identificar colores y a entender conceptos descriptivos (grande frente a pequeño, por ejemplo).

La diferencia entre el habla y el lenguaje

El habla y el lenguaje suelen confundirse entre sí, pero hay una diferencia importante entre ambos:
  • El habla es la expresión verbal del lenguaje e incluye la articulación, que es el modo en que se forman los sonidos y las palabras.
  • El lenguaje es mucho más amplio que el habla y abarca el sistema completo de expresar y recibir información de una forma coherente. Se refiere a entender y ser entendido a través de la comunicación, sea verbal, no verbal o escrita.
A pesar de que los problemas relacionados con el habla y con el lenguaje difieren, a menudo se ambinan entre sí. Un niño con un problema de lenguaje puede pronunciar correctamente las palabras pero ser incapaz de combinar más de dos palabras en una frase. El habla de otro niño puede ser difícil de entender, aunque sea capaz de utilizar palabras y frases paras expresar sus ideas. Y otro niño puede hablar bien y con claridad pero tener dificultades para seguir instrucciones.

Señales de alarma de un posible problema

Si le preocupa el desarrollo del habla y del lenguaje de su hijo, he aquí algunos de los aspectos en que debería fijarse.
Un niño que no reacciona al sonido o que no vocaliza sería un buen motivo de preocupación. Entre los 12 y los 24 meses, otros motivos de preocupación incluyen los siguientes:
  • con 12 meses, no utiliza gestos, como señalar o despedirse con la mano
  • con 18 meses, prefiere comunicarse con gestos, en vez de con vocalizaciones
  • con 18 meses, tiene dificultades para imitar sonidos
  • tiene dificultades para entender comandos verbales simples
Solicite una evaluación profesional de un niño de más de dos años si:
  • solo imita el habla o los actos ajenos pero no genera palabras o frases de forma espontánea
  • solo produce determinados sonidos o palabras de forma repetida y no puede utilizar el lenguaje oral para comunicar más que sus necesidades inmediatas
  • no puede seguir instrucciones simples
  • tiene un tono de voz o una pronunciación extraña (áspera o nasal, por ejemplo)
  • cuesta más entenderle de lo que sería esperable por su edad. Los padres y cuidadores habituales deberían entender la mitad del habla de un niño de dos años y aproximadamente tres cuartas partes del habla de uno de tres años. Con cuatro años, a un niño se le debería entender prácticamente todo, incluso personas que no lo conocen.
  • Causas del retraso del habla o del lenguaje

    Muchos factores pueden provocar retrasos en el desarrollo del habla y del lenguaje. Los retrasos del habla en un niño que en otras facetas se desarrolla con normalidad pueden estar provocados por problemas orales (relacionados con la boca), como los problemas en la lengua o en el paladar. Un frenillo corto (el pliegue que hay debajo de la lengua) puede limitar los movimientos linguales para la producción del habla.
    Muchos niños con retrasos del habla tienen problemas orales motores, lo que implica la existencia de una comunicación ineficaz en las áreas cerebrales responsables de la producción del habla. Por ejemplo, hay niños que tienen dificultades para utilizar y coordinar los labios, la lengua y la mandíbula a fin de producir los sonidos del habla. El habla puede ser el único ámbito afectado o puede ir acompañado de otros problemas orales motores, como las dificultades para alimentarse. El retraso del habla también puede ser una parte (en vez de indicar) de un problema más "global" (o general) de retraso del desarrollo.
    Los problemas auditivos también suelen estar relacionados con los retrasos del habla; por lo tanto, cuando un padre está preocupado por el habla de su hijo, a este siempre se le debería evaluar la audición, llevándolo a un audiólogo. Un niño con problemas auditivos puede tener problemas para articular, así como para entender, imitar y utilizar el lenguaje.
    Las infecciones de oído (otitis), sobre todo las de carácter crónico, pueden repercutir sobre las capacidades auditivas de un niño. Pero una sencilla infección de oído que ha recibido el tratamiento adecuado no debería tener ningún efecto sobre el habla del niño.

    Qué hacen los logoterapeutos

    Si usted o su pediatra sospecha que su hijo tiene un problema, es decisivo que un logoterapeutos lo evalúe lo antes posible. Por supuesto, si resulta que su hijo no tiene ningún problema en el habla ni en el lenguaje, la evaluación permitirá reducir sus temores.
    Aunque usted mismo puede buscar un logoterapeutos, es posible que el pediatra de su hijo o su médico de familia les remita a uno de estos profesionales.
    Al realizar la evaluación, logoterapeutos analizará estos dos aspectos en el contexto del desarrollo general del niño. Aparte de observar a su hijo, el patólogo del habla y del lenguaje le aplicará una serie de pruebas y escalas estandarizadas y comprobará si ha alcanzado o no los distintos hitos en el desarrollo del habla y del lenguaje.
    El logoterapeuto también avaluará:
    • qué entiende su hijo (lo que se conoce como lenguaje receptivo)
    • qué puede decir su hijo (lenguaje expresivo)
    • si su hijo intenta comunicarse de otros modos, como señalando, sacudiendo la cabeza, haciendo gestos, etc.
    • el desarrollo de los sonidos y la claridad del habla
    • el estado oral motor de su hijo (cómo trabajan conjuntamente la boca, la lengua, el paladar, etc. durante el habla, así como durante las conductas de comer y tragar)
    Si la logoterapia considera que su hijo necesita logoterapia, su participación, en calidad de padre, será de suma importancia. Usted podrá observar las sesiones de terapia y aprender a participar en el proceso. El logoterapeuta le enseñará cómo puede trabajar con su hijo en casa para mejorar el habla y el lenguaje del pequeño.
    Es posible que la evaluación que realice logoterapeuta le indique que sus expectativas, sencillamente, eran demasiado altas. Los materiales educativos que establecen las etapas e hitos evolutivos en el desarrollo del habla y el lenguaje pueden ayudarle a ver a su hijo de una forma más realística.

    Qué pueden hacer los padres

    Como muchos otros aspectos de la vida, el desarrollo del habla es el resultado de una combinación de factores innatos y adquiridos. La constitución genética determinará, en parte, la inteligencia y el desarrollo del lenguaje. De todos modos, gran parte de la inteligencia y del lenguaje dependen del entorno. ¿Se estimula adecuadamente al niño en casa y en el centro de preescolar? ¿En ambos lugares hay oportunidades para participar en el intercambio y para comunicarse libremente? ¿Qué tipo de retroalimentación recibe el niño?
    Cuando se detectan problemas de habla, de lenguaje, auditivos o de desarrollo, la intervención precoz puede proporcionar la ayuda que necesita el niño. Y, cuando se tiene una mayor comprensión de por qué un niño no habla, se pueden aprender formas de fomentar el desarrollo del habla.
    He aquí unos pocos consejos generales que puede utilizar en su casa:
    • Dedique mucho tiempo a comunicarse con su hijo, incluso durante la etapa de la lactancia: háblele, hágale signos y fomente en él la imitación de sonidos y gestos.
    • Léale a su hijo, empezando cuando tan solo tenga seis meses. No tiene que leerle cuentos enteros, pero busque libros apropiados para su edad, de tapa blande o dura y con dibujos que animen a los niños a mirar mientras se van nombrando los dibujos. Pruebe empezar con cuentos clásicos para bebés, donde estos puedan imitar y realizar movimientos, como acariciar, o libros con texturas que los niños pueden palpar y sentir. Más adelante, deje que su hijo señale dibujos reconocibles e intente nombrarlos. Luego pase a los versos y canciones infantiles, que tienen el atractivo de la rima y el ritmo. Avance hacia los libros predecibles (como Los tres cerditos) que permiten a los niños anticipar lo que va a ocurrir. Es posible que su pequeño hasta empiece a memorizar partes de sus cuentos favoritos.
    • Aproveche las situaciones cotidianas para reforzar el habla y el lenguaje de su hijo. En otras palabras, pásese el día hablando sin parar. Por ejemplo, nombre los alimentos que compra en la tienda de comestibles, explíquele lo que hace mientras prepara la comida o limpia una habitación, señale objetos de la casa y, mientras vayan en coche, comente los sonidos que oiga. Formule preguntas a su hijo y hágase eco de sus respuestas (incluso aunque sean difíciles de entender). Hable de forma sencilla, pero no utilice nunca el habla infantil, es decir, la forma de hablar propia de los bebés.
    Independientemente de la edad que tenga su hijo, reconocer y tratar los problemas lo antes posible es el mejor enfoque para ayudar en los retrasos del habla y del lenguaje. Con una terapia adecuada y tiempo, lo más probable es que su hijo pueda comunicarse mejor con usted y con el resto del mundo.
    comunicate conmigo por: 
    @miguelantonioh
    miguelito8089658@hotmail.es


trastorno de hiperactividad con déficit de atención (THDA)


¿Qué es un IEP?

Los niños con retraso en el desarrollo de habilidades y otras discapacidades pueden ser elegibles para servicios especiales que proporcionan programas de educación individualizados en escuelas públicas, sin cargo para las familias. Comprender cómo acceder a estos servicios puede ayudar a los padres a actuar como efectivos defensores de sus hijos.
La aprobación de la versión actualizada de la ley de educación para individuos con discapacidades (Individuals with Disabilities Education Act, IDEA, 2004) convirtió a los padres de niños con necesidades especiales en miembros sumamente críticos del equipo de educación de sus hijos.
Los padres ahora pueden trabajar con los educadores para desarrollar un plan, el programa de educación individualizado (IEP, por sus siglas en inglés), que ayude a los niños a tener éxito en la escuela. El IEP describe los objetivos que el equipo establece para un niño durante el año escolar, además del apoyo especial necesario para ayudarlo a alcanzarlos.

¿Quién necesita un IEP?

Un niño que tiene dificultad para aprender y desempeñarse, y que ha sido identificado como un alumno con necesidades especiales es el candidato ideal para un IEP.
Los niños que realizan un gran esfuerzo en la escuela pueden calificar para obtener servicios de apoyo, lo que les permite recibir enseñanza de una manera especial por diversos motivos, como los siguientes:
  • discapacidades de aprendizaje
  • trastorno de hiperactividad con déficit de atención (THDA)
  • trastornos emocionales
  • desafíos cognitivos
  • autismo
  • impedimentos auditivos
  • impedimentos de la visión
  • impedimentos del habla y del lenguaje
  • retraso en el desarrollo

¿Cómo se proveen los servicios?

En la mayoría de los casos, los servicios y los objetivos descritos en un IEP se pueden brindar en el entorno de una escuela estándar. Esto se puede hacer en una clase común, por ejemplo, un maestro de lectura puede ayudar a un pequeño grupo de niños que necesita más asistencia mientras el resto de los niños de la clase trabaja en la lectura con el maestro común. También se puede hacer en una sala con recursos especiales en la escuela común. La sala con recursos puede servirle a un grupo de niños con necesidades similares, reunidos para recibir ayuda.
Sin embargo, se puede enseñar a los niños que necesitan intervención intensa en el entorno de una escuela especial. Estas clases tienen menos alumnos por maestro, lo que permite una atención más individualizada.
Además, el maestro, por lo general, está especialmente capacitado para ayudar a los niños con necesidades educativas especiales. Los niños pasan la mayor parte de su día en una sala especial y se unen a las clases comunes para las actividades que no son intelectuales, como música o gimnasia, o para las actividades académicas en las que no necesitan ayuda adicional.
Dado que el objetivo de IDEA es garantizar que cada niño reciba educación en el entorno menos restrictivo posible, se realizan esfuerzos para que éstos permanezcan en las clases comunes. Sin embargo, cuando las necesidades se satisfacen mejor en una clase especial, se recurre a ella.

El proceso de derivación y exámenes médicos

Por lo general, el proceso de derivación comienza cuando un maestro, un padre o un médico observa con preocupación que un niño tiene dificultades en la clase, y el maestro le informa al consejero escolar o psicopedagogo.
El primer paso es reunir información específica relacionada con el progreso del alumno o con las dificultades académicas. Esto se puede realizar mediante lo siguiente:
  • una reunión con los padres
  • una reunión con el alumno
  • observación del alumno
  • análisis del desempeño del alumno (atención, comportamiento, cumplimiento de los trabajos, pruebas, trabajo en clase, tareas, etc.)
Esta información ayuda al personal de la escuela a determinar el siguiente paso. En esta instancia, se pueden usar estrategias específicas según el alumno para ayudarlo a que sea más exitoso en la escuela. Si esto no funciona, se evaluará al niño para detectar alguna discapacidad de aprendizaje específica u otro impedimento a fin de determinar su elegibilidad para recibir servicios especiales.
Es importante destacar, sin embargo, que la presencia de una discapacidad no garantiza automáticamente que un niño reciba los servicios. Para ser elegible, la discapacidad debe afectar su desempeño en la escuela.
Para determinar la elegibilidad, un equipo multidisciplinario de profesionales evaluará al niño según sus observaciones; el desempeño del niño en pruebas estandarizadas; y el trabajo diario, como pruebas, cuestionarios, el trabajo en clase y la tarea.

¿Quién integra el equipo?

El equipo de examinadores médicos puede incluir los siguientes profesionales:
  • un psicólogo
  • un fisioterapeuta
  • un terapeuta ocupacional
  • un terapeuta del habla y del lenguaje
  • un maestro especial
  • un especialista de la visión o en audición
  • otros, según las necesidades específicas del niño
Como padre, usted puede decidir si se evaluará a su hijo. Si elige hacerlo, se le solicitará que firme un permiso que detalla quiénes estarán involucrados en el proceso y los tipos de evaluaciones que realizan. Estas evaluaciones pueden incluir la medición de habilidades escolares específicas, como el nivel de lectura o los conocimientos de matemáticas, además de habilidades más generales del desarrollo, como el habla y el lenguaje. Las evaluaciones no necesariamente significan que el niño recibirá los servicios.
Una vez que los miembros del equipo completen sus evaluaciones individuales, elaborarán un informe de evaluación integral (CER) que compila los resultados, ofrece una clasificación educativa y describe las habilidades y el apoyo que necesitará el niño.
Los padres, entonces, tienen la oportunidad de revisar el informe antes de que se desarrolle el IEP. Algunos padres no estarán de acuerdo con el informe, y tendrán la oportunidad de trabajar junto a la escuela para pensar en un plan que satisfaga mejor las necesidades del niño.

Desarrollo de un IEP

El siguiente paso es una reunión de IEP en la cual el equipo y los padres deciden qué se incluirá en el plan. Además del equipo de examinadores médicos, un maestro regular debe estar presente para ofrecer sugerencias acerca de cómo el plan puede contribuir al progreso del niño en el plan de estudios de educación estándar.
En la reunión, el equipo analizará las necesidades educativas de su hijo, según se describe en el CER, y determinará objetivos anuales y a corto plazo, específicos y medibles, para cada una de esas necesidades. Si usted asiste a esta reunión, puede participar activamente en el desarrollo de los objetivos y en determinar las habilidades y las áreas que concentrarán la mayor atención.
La portada del IEP describe los servicios de apoyo que su hijo recibirá y con qué frecuencia se proporcionarán, por ejemplo, terapia ocupacional dos veces por semana. Los servicios de apoyo pueden incluir educación especial, terapia del habla, terapia ocupacional o fisioterapia, asesoramiento, audiología, servicios médicos, enfermería, terapia auditiva o de la visión, y muchos más.
Si el equipo recomienda varios servicios, la cantidad de tiempo asignada en el horario escolar puede parecer abrumadora. Para aliviar la carga, se pueden brindar algunos servicios para consultas puntuales. En estos casos, el profesional consulta al maestro a fin de determinar estrategias para ayudar al niño, pero no ofrece ninguna instrucción práctica. Por ejemplo, un terapeuta ocupacional puede sugerir adaptaciones para un niño con dificultades en la motricidad fina que afectan la escritura, y el maestro incorpora estas sugerencias a las lecciones de escritura que enseña a toda la clase.
Otros servicios se pueden proporcionar directamente en la clase, de modo que la sesión de terapia no interrumpa la jornada del niño. El niño que tiene dificultades con la escritura puede trabajar junto con un terapeuta ocupacional mientras el resto practica sus habilidades de escritura por su cuenta. Al decidir de qué manera y dónde se proporcionarán los servicios, la comodidad y la dignidad del niño deben ser prioridades principales.
El IEP se debe revisar todos los años para actualizar los objetivos y garantizar que los niveles de servicio cumplen las necesidades de su hijo. Sin embargo, los IEP se pueden cambiar en cualquier momento según sea necesario. Si piensa que su hijo necesita más, menos o diferentes servicios, puede solicitar una reunión para que el equipo analice sus inquietudes.

Sus derechos legales

Los plazos específicos garantizan que el desarrollo de un IEP pase de la derivación a la provisión de servicios tan pronto como sea posible. Asegúrese de preguntar acerca de este plazo y de obtener una copia de sus derechos como padre cuando se derive a su hijo. Estas pautas (a veces denominadas "medidas preventivas de procedimiento") describen sus derechos como padre para controlar lo que le sucede a su hijo durante cada paso del proceso.
Los derechos de los padres también describen la manera en que usted puede proceder si no está de acuerdo con alguna parte del CER o del IEP: la mediación y las audiencias son una opción. Puede obtener información acerca de la representación legal gratuita o de bajo costo del distrito escolar, o bien, si su hijo está en el Programa de Intervención Temprana (para niños de 3 a 5 años), mediante ese programa.
Abogados y defensores rentados familiarizados con el proceso del IEP lo representarán si usted lo necesita. También puede invitar a unirse al equipo del IEP a cualquier persona que conozca a su hijo o trabaje con él, y que pueda aportar comentarios que usted considere útiles.

Una última consideración

Los padres tienen el derecho de elegir dónde se educarán sus hijos. Esta opción incluye a las escuelas primarias y secundarias públicas y privadas, incluidas las escuelas religiosas. También incluye las escuelas autónomas con subsidio gubernamental y las escuelas locales.
Sin embargo, es importante comprender que los derechos de los niños con discapacidades enviados por sus padres a escuelas primarias y secundarias privadas no son los mismos que los de los niños con discapacidades que asisten a escuelas públicas o que son asignados por agencias públicas a escuelas privadas cuando la escuela pública no puede proporcionar educación pública adecuada y gratuita (EPAD).
Existen dos diferencias principales que los padres, los maestros, otros miembros de la escuela, los representantes de escuelas privadas y los niños necesitan saber:
  1. Los niños con discapacidades enviados por sus padres a escuelas privadas pueden no obtener los mismos servicios que recibirían si asistieran a una escuela pública.
  2. No todos los niños con discapacidades enviados por sus padres a escuelas privadas recibirán los servicios.
El proceso del IEP es complejo, pero es también un modo efectivo de abordar la manera en que su hijo aprende y se desempeña. Si tiene alguna inquietud, no dude en consultar acerca de los resultados del examen médico o de los objetivos recomendados por el equipo. Usted es el que mejor conoce a su hijo y debe desempeñar una función fundamental al crear un plan de aprendizaje que se adapte a sus necesidades específicas.

martes, 9 de octubre de 2012

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