MENSAJE


Glitter Text @ Glitterfy.com
Glitter Words
[Glitterfy.com - *Glitter Words*]

OFREZCO MIS SERVICIOS PROFESIONALES DE ATENCIÓN INDIVIDUALIZADA Y PSICOPEDAGOGICA A LA EDUCACIÓN ESPECIAL EN ACARIGUA - ARAURE ESTADO PORTUGUESA.
EN EL COLEGIO DONDE ESTUDIA, TU HIJA/O ,ATENCIÓN EN LECTOESCRITURA Y CÁLCULO, ATENCIÓN TEMPRANA,CONDUCTAS DIFUNCIONALES,ORIENTACIÓN A PADRES Y REPRESENTANTES, ELABORACIÓN DE INFORMES,Y REMISIÓN A PSICÓLOGOS DE LA CIUDAD. TELF 0416-0596191
VIERNES DE 2 PM-6 PM
PROF. MIGUEL HERNANDEZ.
LICENCIADO EN EDUCACIÓN ESPECIAL
CON ESTUDIO DE CURSOS DE PSICOLOGÍA Y ORIENTACIÓN DE LA CONDUCTA Y Psicopedagogía
AMPLIA EXPERIENCIA EN LA MATERIA.

miércoles, 1 de mayo de 2013

El Blackberry también va al colegio

Lunes, 04 de Febrero de 2013
Si tu hijo no presta atención en clase por estar atendiendo el Blackberry o el Iphone, también es tu responsabilidad. En los salones los profesores lidian con un elemento de distracción: los teléfonos inteligentes. ¿Necesidad, tecnología, moda o seguridad? Independientemente de ello, especialistas y representantes recomiendan colocar límites a su uso.
A6Educacion
Venezuela es el sexto país en Latinoamérica –de una muestra de 19 Estados- con mayor proporción entre cantidad de población y unidades de equipos móviles. Foto cortesía araguavirtual.com
Rolando Azocar 
rolandojazocar@hotmail.com
De espalda a la pared de la entrada del Colegio San Pablo, en Villa Colombia, con un pie en ella y la mirada fija en el equipo móvil que sostiene en las manos, son pocos los estímulos que pueden desviar la atención de Carlos Salcedo del reflejo incontrolable de revisar una y otra vez las actualizaciones del tan popular BlackBerry Messenger.
Sus dedos se movilizan con destreza sobre el teclado que conoce de memoria y que manipula con ambas manos. No necesita verlo para escribir y aún así, no separa su mirada de la pantalla.
“No vale, no es que sólo haga eso (revisar el teléfono)… es que mandan mensajes y uno los revisa, pero no es siempre. No lo saco en el colegio; no me dejan”, comenta el adolescente de camisa azul, para luego asegurar: “Ahorita ya salí de clase”.
Tener el celular -agrega- es una necesidad. “No me buscan, pero tengo que avisarle a mi mamá cuándo llego a la casa o si hay algún problema. O, no sé, si hay algo con una materia o algo se avisa por el teléfono a los demás, pero no lo uso mucho”, dice Carlos mientras el equipo vuelve a exigir su atención al sonar.
Aunque lo niegue, es uno de los cientos de estudiantes que le cuesta plasmar su atención en otras actividades alejadas de las nuevas tecnologías. Los avances en equipos telefónicos y el mundo que ha abierto internet para las nuevas generaciones es un arma doble de filo.
Tendencia tecnológica
Es común ver a los jóvenes más pendientes de las redes sociales (Facebook, Twitter, entre otras) o de aplicaciones como BlackBerry Messenger que del contenido dictado en las aulas por los profesores. Suelen preocuparse más por la imagen que colocarán en sus perfiles, que en la tarea para el día siguiente, asevera Luisana Mendoza, profesora del Liceo Andrés Bello.
En los salones, explica la docente, son pocos los estudiantes que tienen los celulares en las manos. La mayoría prefiere ponerlos en silencio para evitar que se los decomisen; pero en los pasillos se ve la gran cantidad de equipos que hay entre los alumnos. “A veces no es tanto lo que los distrae; sino el peligro de venir con teléfonos tan caros al colegio”, alerta.
Mendoza no habla sólo como docente, sino también como madre. Tiene un hijo de 12 años al que ha evitado darle un teléfono inteligente. “Pero igual no lo puedes apartar de eso porque está en todos lados. En la casa hay computadora y ahí se mete en internet, en el Facebook y todas esas cosas. No puedo evitar que entre en ellas”, cuenta.
La técnica -destaca Mendoza- es colocar límites en el uso de las tecnologías. “En algún momento, creo que pronto, le tendré que dar un celular, pero no se lo dejaré llevar al colegio. Hay normas que debe respetar”, remarca.
Desde casa
Estos reglamentos de convivencias que se deben respetar en las instituciones educativas por los niños y adolescentes, deben ser primero acatadas por los padres.
“Para cambiar la conducta de un adolescente, hay que cambiar la conducta de un padre”, plantea una y otra vez en sus consultas la psicóloga del Consejo de Protección del Niño, Niña y Adolescentes del Municipio Caroní, Carolina Rodríguez.
A su despacho llegan constantes casos de estudiantes a los que sancionan por usar los teléfonos en los salones y prestar más atención a estos que al docente.
“Vienen los padres denunciando que expulsaron a los niños, o que les decomisaron el aparato (…), pero nosotros no podemos evitar esas sanciones porque están impuestas en el Manuel de Convivencia que firman cada año”, cuenta.
RECOMENDACIONES
- Evite dejar que sus hijos se lleven celulares al colegio
- De tener que permitir el uso del equipo en el colegio, coloque normas.
- Negocie límites de tiempo en el uso del internet y las redes sociales
- Inspeccione el uso de las tecnologías por parte de sus hijos.
- Sancione el incumplimiento de las reglas colocadas bajo negociación
En la mayoría de las instituciones educativas prohíben el uso de celulares para evitar distracciones en clases. “Pero los padres, muchas veces, actúan como cómplices, ya sea porque quieren recuperar el teléfono que es caro, o porque no quieren que los estudiantes los expulsen, y dicen que no sabían (…) en este caso es peor, porque ¿cómo firmas algo que no lees?”, cuestiona la experta.
La conducta del joven, agrega, depende directamente de los padres. Si ellos no comparten la información adecuada con ellos, no les ponen límites y los enseñan a ser responsables, los resultados serán malas conductas.
“Hay casos en los que el celular resulta necesario para la comunicación de los niños con el padres, para que los busquen o estén comunicados. En estos, hay que decirle y hacerle entender que sólo lo puede prender al salir de clases”, explica Rodríguez, quien asegura que evitar el contacto con la tecnología no es la solución. La mejor opción es enseñarlos a usarla responsablemente.
Para esto, la comunicación y atención de los padres es fundamental. “Algunas veces les ponemos horario, y decimos: ‘Bueno él está esas tres horas estudiando’, y resulta que tienen es el Facebook abierto (…) Y no es que no se metan en las redes sociales, es que diferencien los momentos de uso”, asegura.
Negociación
En la adolescencia colocar estos límites puede ser difícil. “Los padres deben manejarse muy bien. Si los presionan mucho a esa edad pueden generar rebeldía, hay que conseguir un punto de negociación. No se les puede tratar como niños, pero tampoco como adultos”, aconseja la experta.
Hay que mantener un diálogo constante con los hijos. Explicarles por qué está mal y sancionar las conductas negativas. “A veces los padres no están lo suficientemente pendiente de la educación de los hijos. Cuando entran a primer año los sueltan (…); sí deben darles mayor independencia, pero poco a poco. No puede ser de un golpe (…) hay que recordar que conducta negativa que no se castiga, se repite”.

No hay comentarios: