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miércoles, 1 de mayo de 2013

El acoso escolar crea distorsiones educativas graves Miercoles,01 de Mayo del 2013


Los sobrenombres y el llamado “chalequeo” también son prácticas violentas que definen el acoso escolar o bullying, como se conoce en inglés. De este tema se encarga hoy la sección Educación, un sigiloso problema que causa deserción escolar y bajo rendimiento, y cuyo impacto en la región es minimizado por las autoridades educativas.
Rolando Azocar Jr. 
razocar@correodelcaroni.com
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Bullying es la violencia que se genera entre los estudiantes en los planteles
Cuando el timbre deja de sonar y las luces se apagan al final de una jornada de clases, los pasillos desiertos de los centros de educación venezolanos guardan el secreto de un problema de crecimiento sigiloso. Entre sus paredes los estudiantes se reparten el papel de acosador y acosado, en una obra de teatro que se queda en la intimidad de sus actores.
El acoso escolar o bullying, como se conoce en ingles, es la violencia que se genera en las instituciones educativas entre los estudiantes. No siempre tiene que ver con agresiones físicas o impactantes muertes y la mayoría de las veces sus víctimas prefieren callar.
“La (violencia) que circula en las escuelas normalmente, es más silenciosa, no sale en los periódicos, a menos que haya un herido o una víctima fatal, pero afecta a niños, niñas, adolescentes, y a los educadores también, deja secuelas muy serias”, explica la investigadora del Observatorio Venezolano de Violencia, Luisa Pernalete, en el último informe de la organización publicado en el 2012.
En el documento, Pernalete dedica un apartado a la violencia entre pares, como muestra de la escala que ha adquirido esta realidad en los espacios educativos. “En el informe del Observatorio de Violencia se menciona porque es algo que está creciendo en silencio en los colegios. Es muy grave porque no se está asumiendo con la seriedad que tiene”, agrega.
La despreocupación por el tema, observa la investigadora, nace de la mala concepción que se tiene de lo que es la violencia entre pares. “Las agresiones pueden ser de cualquier forma, no solo los golpes. Los continuos sobrenombres, el llamado ‘chalequeo’, son aspectos que tienen un impacto en el niño; eso es violencia escolar”, argumenta.
Disparador de la deserción escolar 
Entre las historias que resalta Pernalete, destaca la de un niño de sexto grado amenazado con un chopo por un estudiante dos años mayor, por una pugna sentimental; temiendo por su vida, éste dejó de asistir a clases. El caso hubiera quedado sin conocerse de no ser por la hermanita que avisó.
“Normalmente los niños y adolescentes esconden este tipo de hechos, ya sea por miedo o por evitar ser tildados de cobardes o ‘mamitas’”, explica la docente que asegura que el bullying es determinante en la deserción escolar.
Las consecuencias a nivel educativo son amplias. “El niño se cansa de ser golpeado o ‘chalequeado’ y deja de asistir a clases. En otros casos, los padres son más comprensivos y lo cambian de escuela. También pasa que el niño llega un momento en que toma la solución en sus manos y él se convierte en el acosador”.
Esta situación no solo se evidencia en Venezuela. En el estudio América Latina: violencia entre estudiantes y desempeño escolar, presentado por La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) y la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) en el 2011, se concluye que el rendimiento de los estudiantes es significativamente inferior cuando son víctimas de acoso.
El coordinador del Programa de Buen Trato de Cecodap, Carlos Trapani, asegura que la falta de datos oficiales ha hecho de la violencia escolar una realidad escondida.
“Es difícil poder determinar la gravedad de la situación aquí en Venezuela cuando los datos oficiales se esconden. En el 2009 el Ministerio para la Educación realizó un estudio para determinar esto; sin embargo, los resultados aún no han sido revelados”, indicó.
El hecho de que las escuelas estén inmersas en las comunidades que resultan considerablemente violentas, te da la noción de que esta realidad se extiende a las instituciones educativas. Las escuelas son el reflejo de las sociedades.
Situación controlada 
La Autoridad Única en Educación del Estado Bolívar, Brizeida Quiñones, mantiene que la violencia en las instituciones educativas es una situación que se ha erradicado de los planteles regionales.
“Desde el 2010 hemos tomado las medidas indicadas. El problema se presentaba en Ciudad Bolívar, en Caroní y otros municipios muy poco. Iniciamos un equipo multidisciplinario con los defensores de los niños, la ONA, las defensorías educativas y la comunidad educativa”, cuenta Quiñones.
Lo que sí se ha encontrado, agrega, es que el ambiente alrededor de las instituciones es conflictivo. “En una ocasión encontré un arma a un estudiante y cuando le pregunté, me confesó que no era para usarla en la escuela; sino que en el lugar que vive hay muchos malandros y la tenía para defenderse”, relata.
Aunque la violencia escolar entre pares es una problemática negada por las autoridades regionales, para la investigadora Luisa Pernalete, sigue siendo una de las causas más representativas del bajo rendimiento y deserción escolar. Es una situación que, asegura, debe ser asumida por todas las esferas sociales.
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¿Cómo afrontar el bullying?
Los niños y adolescentes suelen ocultar una situación de acoso escolar. En algunos casos debido a que no son capaces de comunicar el problema, otros por miedo a ser calificados como miedosos.
En este punto, asegura la investigadora del Observatorio Venezolano de Violencia, Luisa Pernalete, la intervención de los representantes y docentes es vital. “Hay que conocer a los hijos, tener mucha comunicación. Un día que llore por ir al colegio está bien; pero cuando la situación es continua es síntoma de que algo está pasando”.
La mejor forma de afrontar el cuadro violento, agrega, es conversando con el joven. Debe saber que no puede dejar que el acosador le influya miedo. “Y no es que tome la justicia por sus manos; sino, que sepa que hay los mecanismos para dejar de ser víctima de maltrato”.

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